La compañía elabora reseñas y evalúa a hoteles, restaurantes, agencias de viaje y otros servicios en relación a su adaptación a las prácticas musulmanas. Entre otros, tiene en cuenta factores como la existencia de espacio para la oración o comida "halal" y la presencia de factores que puedan incomodar a los fieles musulmanes, como el juego o el alcohol. En agosto, Crescent Rating lanzó una aplicación para iPhone que alerta a los musulmanes sobre cuándo y en qué dirección deben ponerse a rezar cuando están en pleno vuelo.
Fazal figura entre el creciente número de musulmanes de Singapur que abraza la tecnología y el marketing moderno como métodos de ayuda en la práctica de la religión. Internet está ayudando a los musulmanes a "redescubrir y mejorar su fe", sostiene, y afirma que esto ocurre tanto en Singapur como en Estados Unidos o Reino Unido y otros países europeos. "Como estas comunidades están mucho más conectadas, probablemente son más conscientes de su fe. Intentan redescubrir su fe a través de la tecnología."
En el pequeño y multiétnico Singapur, la comunidad islámica supone en torno a un 15 por ciento de sus 5.4 millones de habitantes. Alrededor de un 74 por ciento de la próspera población urbana es de origen chino, mientras que la mayoría de musulmanes son malayos o indios. Históricamente, como en las vecinas Malaisia e Indonesia, practican una interpretación liberal del Islam desde que fue introducido por comerciantes árabes e indios en los siglos XIII y XIV.
En la histórica mezquita del Sultán, en el corazón del distrito Kampong Glam -conocido también como el barrio árabe-, muchos hombres se reúnen para la oración de los viernes vestidos de manera informal antes de ir a trabajar o a los cafés, bares y tiendas cercanas.
El Consejo Religioso Islámico de Singapur (MUIS), que promueve los intereses de la comunidad, también se sirve de la tecnología moderna para fomentar una mayor consciencia de los deberes religiosos. Desde 2009 ha lanzado varias aplicaciones para smartphones que permiten a los usuarios leer los últimos sermones y fatwas (edictos religiosos), informarse sobre las horas de rezo o localizar la mezquita o el restaurante halal más próximo.
"Estas aplicaciones para smartphones ayudan a los musulmanes a obtener de forma rápida y cómoda información fiable que los ayudará a entender y practicar sus obligaciones religiosas", señala un portavoz. Una innovadora aproximación que también es aplicable a otras áreas de la vida, como por ejemplo la ropa. Así, cerca de la mezquita del Sultán, un pequeño comercio vende prendas deportivas y modernas adecuadas para mujeres musulmanas.
Las clientas de For The Ummah pueden probarse hiyabs importados o comprar un "burkini", un traje de baño que cubre el cuerpo siguiendo los preceptos del Corán. Están fabricados en Australia y su nombre viene de la combinación entre burka y bikini. "Hay quienes creen que el islam no se adapta a la modernidad, pero en realidad ha evolucionado todo el tiempo", dice la dueña de la tienda, Thalha Mohamed. "Como musulmana, soy responsable de representar una imagen vibrante en la sociedad y no parecer conservadora", añade la clienta Fauzah Danila, que acaba de comprar un burkini.
Singapur es también la sede de la revista de moda y estilo de vida "Aquila Style", dirigida a "mujeres musulmanas cosmopolitas". Su nombre proviene de la palabra árabe para inteligencia y ofrece a sus lectoras consejos sobre moda, compras, belleza y viajes. "El islam está muy adaptado a la modernidad", señala su editora jefa, Liana Rosnita. "Como musulmanes, tenemos suerte de que nuestra fe y nuestras prácticas vayan de la mano en nuestras vidas, incluso en la era de la información."