Biden y Xi, llamado a ser el máximo líder de China cuando la cúpula comunista comience su renovación (en 2012 y 2013), celebraron una reunión en el Gran Palacio del Pueblo en la que ambos destacaron que la salida a la crisis de la deuda en Occidente depende en buena medida de unos buenos lazos comerciales entre Washington y Pekín.
"Estoy totalmente convencido de que la estabilidad del mundo depende en gran parte de la cooperación entre Estados Unidos y China", subrayó Biden en el inicio de la reunión.
El vicepresidente Xi se expresó en términos similares, afirmando que "en un mundo complicado y de rápidos cambios, la cooperación es la única elección correcta para los dos países".
Xi, cuya hija estudia en la universidad estadounidense de Harvard desde el pasado año, pidió al gobierno norteamericano involucrarse con el chino en "la mejora de la gobernabilidad económica global a través de plataformas como el G20", ahora que "el mercado financiero internacional se ha vuelto cada vez más turbulento".
China es el mayor acreedor de Estados Unidos, pues posee 1.16 billones de bonos estadounidenses, equivalentes a un tercio de su reserva de divisas (la mayor del planeta), y ve con gran preocupación los recientes problemas financieros de Washington, ante el temor de verse arrastrada por ellos.
El Banco Popular de China (central) se mostró cauto tras aprobarse en Washington este mes el aumento del techo de la deuda norteamericana, y anunció que seguiría con atención la evolución de la economía estadounidense.
La prensa oficial china, por su parte, ha lanzado duras críticas a la situación financiera de la Administración de Barack Obama, llegando a asegurar que Washington "es adicto a las deudas" o que gran parte de la culpa de la pésima situación fiscal estadounidense se debe al elevado presupuesto de Defensa.
Al hilo de las cuestiones militares, el vicepresidente chino aprovechó el encuentro de hoy para advertir a Estados Unidos sobre su apoyo a Taiwán, ahora que Washington estudia la venta de una remesa de aviones caza F-16 a la isla escindida del régimen comunista desde 1949.
"Las cuestiones sobre Taiwán y Tíbet, que conciernen intereses clave de China y los sentimientos de 1,300 millones de chinos, deben ser manejadas adecuada y prudentemente para evitar daños a las relaciones chino-estadounidenses", señaló Xi.
Más tarde, Biden mantuvo un encuentro con el presidente de la Asamblea Nacional Popular china (ANP, Legislativo), Wu Bangguo, "número dos" en la jerarquía comunista china, informó la agencia oficial Xinhua.
El vicepresidente norteamericano también se reunirá mañana, viernes, con el presidente chino, Hu Jintao, además de con el primer ministro, Wen Jiabao, y el fin de semana viajará junto al vicepresidente Xi a la provincia suroccidental de Sichuan, donde entre otras cosas visitará obras de reconstrucción de zonas devastadas por el terremoto de 2008.
En Sichuan, Biden busca conocer mejor a Xi, el próximo líder de China, ya que la visita, según declaraciones desde la propia la Casa Blanca, es sobre todo una "inversión de futuro" para Washington.
El vicepresidente chino, de hecho, tiene previsto visitar Estados Unidos a finales de año, otro viaje que servirá para intentar conocer mejor una figura por ahora casi desconocida pero que en poco tiempo, si todo sigue según lo previsto, será uno de los principales actores de la política internacional.