Mehsud, sobre el que pesaba una recompensa por cinco millones de dólares de Estados Unidos, se encontraba en un escondite en el noroeste del país en el momento del ataque, en el que también murieron tres altos cargos del grupo Tehrik-e-Taliban de Pakistán (TTP).
El segundo de los talibanes en Pakistán, Wali ur Rehman, había muerto a fines de mayo en un ataque con drones en la zona fronteriza junto a Afganistán.