"Creo que hace años que no estaban tan cerca como hoy la paz y el bienestar de la región", dijo citado por el diario Times of Israel.
Y el hecho de que no se haya informado a la opinión pública del estado de las negociaciones de paz no significa que no haya habido avances, señaló sin especificar las causas de su optimismo.
De hecho, las pocas filtraciones sobre el clima de las negociaciones entre las partes fueron más bien pesimistas y se referían a la falta de avances, posiciones irreconciliables, falta de contenido y acusaciones mutuas. "El temor al fracaso es el auténtico estímulo de la misión de paz de Kerry", escribió el diario "Haaretz".
Incluso uno de los negociadores palestinos, Mohammed Shtayeh, acusó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de no querer en realidad una solución de dos Estados. Shtayeh dejó su puesto en protesta por la construcción de asentamientos por parte de Israel.
También en el gobierno israelí hay sectores que se han pronunciado abiertamente contra una solución de dos Estados, como el ministro de Economía, Naftali Bennett, que exigió en lugar de ello la anexión de una gran parte de Cisjordania.
Si en su última visita Kerry criticó la construcción de asentamientos israelíes, en esta ocasión intentó aplacar sobre todo las preocupaciones israelíes por su seguridad y aseguró que la seguridad del Estado judío es prioritaria tanto en las negociaciones con Irán como en el acuerdo de paz con los palestinos.
En total, Kerry se reunió en tres ocasiones con Netanyahu en sólo 24 horas.
Kerry trabaja desde la reanudación de las conversaciones en julio por conseguir un acuerdo de paz en un plazo de nueve meses.