"Tuvo lugar un intercambio profundo de opiniones sobre cuestiones de seguridad nuclear, centrado en la situación en torno a la central de Zaporiyia", dice la nota oficial.

También fueron abordados otros asuntos "de interés bilateral", agrega.

Grossi advirtió ayer de que la situación en torno a la central de Zaporiyia, bajo control ruso desde marzo de 2022, sigue siendo "muy frágil".

"Lamentablemente, la situación continúa siendo muy frágil e inestable", dijo Grossi tras reunirse con el director general de la agencia atómica rusa, Rosatom, Alexéi Lijachov.

Como ejemplo recordó que hoy debería haber tenido lugar una nueva rotación del personal del OIEA, pero ésta no llegó a consumarse.

La agencia atómica rusa señaló que Lijachov había informado a Grossi sobre "los pasos que toma la parte rusa" para la seguridad de la planta y las "condiciones de vida confortables" de su personal, así como de los miembros de sus familias.

El control de la central sigue funcionando gracias a técnicos ucranianos a los que Rusia ha ofrecido nuevos contratos y ha adscrito a una corporación gestionada por Rosatom tras la anexión ilegal de la Zaporiyia por Rusia en septiembre de 2022.

La planta ha sido objeto de periódicos bombardeos de los cuales se responsabilizan mutuamente Moscú y Kiev.

El OIEA ha propuesto la creación de una zona desmilitarizada en torno a la central nuclear, donde el OIEA estableció ya el año pasado una presencia permanente, pero todavía no se ha alcanzado ningún acuerdo entre las partes.