En una intervención en el Parlamento, el ministro de Finanzas luso, Vítor Gaspar, atribuyó esta alteración de las proyecciones macroeconómicas del Ejecutivo a la mala evolución de la actividad económica en el último trimestre de 2012, cuando la caída del PIB fue del 3.8 por ciento.
El ministro expresó su esperanza de que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) -que vigilan el cumplimiento del rescate financiero otorgado a Portugal en 2011- tengan en cuenta las nuevas previsiones para suavizar las metas de déficit del país.
La proyección de caída del PIB anunciada por Gaspar iguala prácticamente a la que hizo hace unas semanas el Banco de Portugal, del 1.9 por ciento, y contrasta con los cálculos optimistas de la UE y el FMI cuando concedieron el rescate, que auguraron ya para 2013 un crecimiento positivo del 0,3 por ciento.
Ahora "provisionalmente" el Gobierno revisará su previsión inicial de caída del PIB del 1 por ciento en 2013 "en cerca" de otro uno por ciento adicional, dijo Gaspar en el Parlamento.
De cumplirse estas nuevas proyecciones, Portugal acumulará cerca del 7 por ciento de retroceso del PIB en 2011, 2012 y 2013, los tres años del programa de rescate supervisado por la UE y el FMI, que concedieron 78,000 millones de euros al país ante la imposibilidad de que se financiara a los insostenibles intereses que le exigía el mercado.
El cálculo definitivo de las previsiones macroeconómicas para este ejercicio se llevará a cabo durante el séptimo examen trimestral de esos dos organismos internacionales a las finanzas lusas, a partir de la próxima semana.
La UE y el FMI mantienen a Portugal bajo una estrecha vigilancia para controlar el cumplimiento del programa de ahorros presupuestarios y reformas asociado al rescate.
Gaspar afirmó que se discutirá con los técnicos de esos organismos la adopción de "medidas de contingencia adicionales" por valor de 800 millones de euros.
El ministro de Finanzas recordó que el Gobierno luso y la "troika" (como se conoce a la UE, el FMI y el Banco Central Europeo) ya negociaron en octubre un "plan B" debido al elevado riego de que en 2013 Portugal no lograse cumplir sus objetivos presupuestarios y se viera obligado a planificar nuevas medidas de ajuste.
Aún así, Gaspar se mostró optimista sobre la posibilidad de que la Comisión Europea acepte aplazar un año más el cumplimiento de los objetivos lusos de déficit, que ahora obligan a situarlo en 2013 en el 4.5 por ciento del PIB y en 2014 en el 2.5 por ciento.
"Es razonable pensar que la Comisión Europea ponderará, en el momento oportuno, proponer el Ecofin (los ministros de finanzas de la UE) alargar en un año el plazo concedido a Portugal para corregir la situación de déficit excesivo", aventuró el ministro.
La UE ya aceptó retrasar en un año las metas de reducción del déficit de Portugal en septiembre pasado debido, principalmente, a una fuerte caída de los ingresos fiscales por la contracción del consumo en medio de la crisis económica, que ha llevado el desempleo al 17 por ciento, el doble del existente el año anterior al rescate.
Las malas perspectivas de la economía portuguesa han obligado al primer ministro conservador luso, Pedro Passos Coelho, a dar un giro en los últimos meses en sus planteamientos iniciales de cumplir a rajatabla las exigencias del rescate y no pedir "ni más tiempo ni más dinero" para salir de la crisis.