En el borrador de conclusiones de la cumbre que hoy termina en Bruselas, los 28 vuelven a reclamar un mayor compromiso con los países de origen de los inmigrantes, para evitar que estos "se embarquen en peligrosas travesías hacia la UE".
También se pide que se refuerce la agencia de protección de fronteras, Frontex, y que se muestre la solidaridad apropiada a los países comunitarios que más sufren la presión migratoria (como Italia, Malta o España).
Pero la búsqueda de una perspectiva política común a largo plazo sobre asilo y migración queda postergada a junio de 2014.
"Necesitamos reglas para la inmigración en Europa. Todas las grandes regiones las tienen", recordó el jueves el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. "¿Están los países preparados para reconocer que hay inmigración y hablar de cómo repartir las cuotas (de inmigrantes)?", se preguntó el socialdemócrata alemán.
Una de las cuestiones más controvertidas es el reparto de los inmigrantes que llegan a un país de la UE entre sus socios comunitarios. El reglamento Dublín II establece que los países europeos a los que llegan los refugiados son responsables de su acogida y sus peticiones de asilo.
Las naciones del norte de Europa no están dispuestas por ahora a modificar la normativa, como quedó claro tras la cumbre del pasado octubre, en la que el tema migratorio se coló debido a la muerte de 400 inmigrantes frente a las costas italianas de Lampedusa.
"En algún momento (los países) tienen que ver que no todo se puede solucionar con Dublín II", advirtió el jueves Schulz, quien señaló que el Parlamento Europeo seguirá trabajando para que se aborde la cuestión.