La "delegación presidencial" que acudirá a la inauguración oficial de Sochi el 7 de febrero estará encabezada de hecho por Janet Napolitano, la ex secretaria de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama pero que actualmente no ocupa ningún puesto en su gabinete, ya que dejó el gobierno para presidir la Universidad de California.
Junto a ella estará además la leyenda del tenis y reconocida activista por los derechos de los gay Billie Jean King, entre otros enviados especiales, incluido el embajador estadoundiense en Moscú, Michael McFaul.
La mezcla de representantes oficiales de bajo nivel y atletas que han manifestado su preferencia sexual -y que la defienden así- de forma pública se repetirá en la delegación que representará a Estados Unidos en el cierre del evento.
En esa ocasión, el jefe de la misión norteamericana será el número dos del Departamento de Estado, el subsecretario William Burns, quien también estará acompañado de al menos una atleta olímpica abiertamente gay, la medallista en hockey sobre hielo Caitlin Cahow.
El anuncio de la delegación oficial se produce tras semanas de especulaciones acerca de si Estados Unidos se uniría a otros líderes mundiales, incluidos el presidente alemán, Joachim Gauck, y el francés, François Hollande, que ya han indicado que no asistirán a Sochi en protesta por las violaciones de derechos humanos en Rusia, especialmente contra los homosexuales.
En entrevista con la emisora Radio Free Europe, el embajador McFaul había asegurado hoy mismo que Estados Unidos no boicotearía los Juegos y que por tanto habría una delegación presidencial. Pero su composición parece haber seguido las peticiones de los defensores de los derechos homosexuales que habían pedido a Obama que incluyera en el equipo a atletas gay como mensaje claro.
En una entrevista con una web dedicada a atletas gay, Cahow, quien se ha declarado abiertamente lesbiana, se había manifestado recientemente en contra también de boicotear Sochi, comparando la situación con la participación en 1936 del afroamericano Jesse Owen en los Juegos de Berlín bajo la Alemania nazi.
Otra señal contundente parece ser el bajo perfil político de las delegaciones. En los Juegos de Londres 2012, la delegación estadounidense estuvo encabezada por la primera dama, Michelle Obama, mientras que a los Juegos de Invierno de Vancouver en 2010 acudieron el vicepresidente, Joe Biden, y su esposa Jill, recordaron medios estadounidenses.