La comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados aprobó la noche del miércoles un dictamen que pasará a discusión del pleno de la Cámara baja, en el que se introduce ese impuesto a la propuesta de reforma fiscal del presidente Enrique Peña Nieto.
La iniciativa presentada en septiembre por Peña Nieto contemplaba sólo la introducción de un impuesto de un peso por cada litro de refresco, que ha generado un fuerte rechazo de las empresas del sector.
Sin embargo, la comisión de Hacienda propuso, a iniciativa de legisladores de izquierda, agregar un impuesto del cinco por ciento a productos que tengan 275 calorías o más por cada 100 gramos.
Dentro de esta categoría entrarían productos como los panes, postres, golosinas, dulces de fruta, cremas de cacahuate y avellanas y los alimentos dulces a base de cereal, que tendrán que llevar especificaciones sobre su contenido calórico en las etiquetas.
"Tratándose de alimentos que no tengan la etiqueta mencionada, se presumirá, salvo prueba de lo contrario, que tienen densidad calórica igual o superior a 275 kilocalorías por cada 100 gramos", dice el dictamen.
México es uno de los países con mayor número de gordos en el mundo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Pública 2012, el 73 por ciento de las mujeres y el 69,4 por ciento de los hombres tienen sobrepeso u obesidad, así como el 34,4 por ciento de los niños.
Aunque en los últimos seis años bajó el ritmo al que estaba creciendo el problema del sobrepeso, "los aumentos en las prevalencias de obesidad en México (todavía) se encuentran entre los más rápidos documentados en el plano mundial", dice la encuesta.
Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que en México el 32.8 por ciento de los adultos son obesos, en comparación con el promedio mundial del 11.7 por ciento.