Comercio, evasión fiscal y Siria marcan la agenda de la cumbre del G8

En plena escalada del conflicto en Siria, los líderes del G8 (los siete países más ricos y Rusia) se reúnen el lunes y martes en un aislado hotel de lujo de Irlanda del Norte para hablar de comercio, transparencia y evasión fiscal.

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Varios manifestantes disfrazados protestan contra la cumbre G8 de líderes mundiales en la entrada de las oficinas de la fábrica de armas BAe Systems en Londres, Reino Unido.

Esos tres últimos temas han constituido el eje de la agenda diseñada por el Gobierno del Reino Unido, que desempeña este año la presidencia del G8 para la cumbre anual que tendrá lugar, entre fuertes medidas de seguridad, en el complejo de Lough Erne, próximo a la localidad norirlandesa de Enniskillen.

No obstante, la búsqueda de una solución a la violencia en Siria se ha convertido en algo prioritario, después de que países como EU y el Reino Unido confirmasen que el régimen de Bachar al Asad ha utilizado armas químicas contra los rebeldes y la población civil.

El problema radica en que el G8 -compuesto por el Reino Unido, EU, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia- no parece estar aún en condiciones de adoptar una posición común sobre este asunto.

En el plano económico, el G8 sí podría estar más cerca de llegar a algún acuerdo sobre comercio, transparencia o evasión fiscal, clave, según Cameron, para reactivar la economía global.

El "premier" británico quiere aprovechar la cita en Irlanda del Norte para iniciar formalmente una ronda de conversaciones entre la UE y EEUU para lograr un tratado de libre comercio (TLC) transatlántico.

A su favor juega que los ministros de Comercio de la UE ya han llegado a un acuerdo para otorgar a la Comisión Europea (CE) el pertinente mandato para iniciar negociaciones con EU.

Según los expertos, un TLC podría suponer 119,000 millones de euros más para el Producto Interior Bruto (PIB) europeo, además de unos 400,000 nuevos puestos de trabajo.

La crisis económica y el hartazgo de la ciudadanía con sus políticos también ha creado un contexto propicio para que, "después de años de abusos", se tomen medidas concretas para luchar contra la evasión impositiva y los paraísos fiscales, ha reconocido Cameron.

De momento el jefe del Gobierno de Londres ya se ha apuntado un tanto al llegar ayer en Londres a un acuerdo en esta materia con los territorios británicos de ultramar.

Los representantes de islas Vírgenes Británicas, Bermuda, Gibraltar, Anguila, Montserrat y Turcos y Caicos se comprometieron a cumplir con una serie de medidas destinadas a promocionar la transparencia fiscal y el intercambio de información entre las distintas jurisdicciones.

Todos ellos acordaron participar en una iniciativa piloto sobre intercambio automático de información fiscal puesta en marcha por el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España, y a la que se espera se inscriban más países tras la cumbre del G8.

También se comprometieron a unirse a la llamada Convención Multilateral sobre Asistencia Administrativa Mutua en Asuntos Fiscales, una iniciativa impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En este ambiente de optimismo, Cameron aspira, además, a extraer de sus socios en el G8 un compromiso para rechazar el pago de rescates en secuestros que sirven para financiar el terrorismo internacional.

A diferencia de otros países, Londres ya ha adoptado como política oficial denegar el pago de rescates de secuestros, una práctica que se cree que ha deparado a los terroristas durante los últimos cinco años casi 50 millones de euros, muchos de los cuales han ido a parar a grupos como Al Qaeda o los talibanes. (EFE)