Tras más de dos años de negociación sin avances, en la reunión celebrada por Irán y el G5+1 en Alma Atá (Kazajistán) los pasados 26 y 27 de febrero, las potencias dieron un giro y admitieron el derecho de Teherán a un programa nuclear pacífico y al enriquecimiento de uranio, aunque por debajo del 20 por ciento que alcanza ahora.
El sexteto propuso la suspensión del enriquecimiento de uranio al 20 por ciento en Irán, con lo que admitía llegar al 3.5 ó el 5 por ciento, y no pidió, por primera vez, el desmantelamiento de la planta de procesamiento nuclear subterránea de Fordo, situada cerca de la ciudad de Qom, unos 160 kilómetros al sur de Teherán.
Por otro lado, fue poco lo ofrecido en un primer momento respecto al levantamiento de las sanciones económicas a Teherán, impuestas sobre todo por EU y la UE, en concreto facilitar la transferencia de oro a Irán desde otros países, pero no de divisas.
Un diplomático europeo destacado en Teherán dijo a Efe que la primera reunión de Alma Atá "sirvió para que los iraníes dijeran que el G5+1 había avanzado en el camino correcto con su nueva postura" y, agregó: "En Alma Atá-2, lo que se espera es que Irán presente propuestas para que el G5+1 pueda decir lo mismo; que hay avances".
Para esta fuente, que pidió no ser identificada, "ahora la pelota está en el tejado de Irán y debe mostrar su disposición a llegar a acuerdos en un plazo limitado, aunque es improbable que se consigan antes de las elecciones (presidenciales iraníes) del próximo junio, dado la disputa política interna que vive el país".
La delegación iraní, encabezada por su titular, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Said Jalili, se encuentra ya en Kazajistán, a la espera de abrir mañana las dos jornadas previstas de conversaciones con el G5+1, coordinado por la responsable de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.
Ayer, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, que estaba en Ereván, afirmó que los representantes de su país pueden conseguir fácilmente un entendimiento sobre la cuestión nuclear iraní con el G5+1, si el grupo "sigue actuando como lo hizo en la última ronda de conversaciones".
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EU, Francia, Reino Unido y Rusia) más Alemania, que forman el G5+1, han mostrado un "cauteloso optimismo", en palabras de Ashton, quien espera "una reunión distinta y exitosa".
Eso sí, Ashton advirtió que esperan en este encuentro la respuesta de Irán a la "propuesta renovada y fiable" que plantearon en febrero y analizaron expertos de ambas partes en marzo.
Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso Ígor Morgúlov también espera avances en la negociación con Irán en Alma Atá-2, después del "paquete renovado de exigencias y estímulos" ofrecido por las seis potencias a Teherán.
Morgúlov explicó que todos los miembros del G5+1 están de acuerdo en un "arreglo político-diplomático por etapas y sobre la base de la reciprocidad", admitido el derecho de Irán a un programa nuclear civil, incluido el enriquecimiento de uranio.
Para ello, el representante ruso dijo que se deben aclarar las dudas sobre todas las actividades nucleares iraníes y establecer un estricto control internacional sobre sus actividades atómicas, para, sólo después, levantar las sanciones que pesan sobre Irán.
Un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato, dijo ayer que Washington está decidido "a dar a la diplomacia todas las oportunidades posibles", pero exigió respuestas "sustantivas y concretas" de Irán en la nueva ronda de negociaciones en Alma Atá.
"La presión solo aumentará si Irán no comienza a tomar medidas y acciones concretas", advirtió la fuente estadounidense, que reclamó de Irán que ponga fin a las "preocupaciones de la comunidad internacional" sobre su programa nuclear.