La exposición, que podrá visitarse hasta marzo del próximo año, reúne una selección de prendas reconocibles por sus colores vivos, lentejuelas doradas o estampados psicodélicos y cargadas de influencias de las corrientes hippie, disco y punk, además de complementos y otros objetos de uso cotidiano.
"Seventies, chacun ses audaces" ha sido montada con escenografía acorde y con prendas procedentes del Museo del Traje y del Encaje de Bruselas, entre ellas varias de diseñadores que revolucionaron la moda de la época como Yves Saint Laurent o Sonia Rykiel, según un comunicado.
Faldas y pantalones de cuero o ante, "shorts" conjuntados con botas altas o vestidos camiseros "chic" son algunas de las prendas emblemáticas exhibidas en la exposición, en la que también podrán verse sujetadores y otras prendas de ropa interior que supusieron un importante avance en discreción y comodidad.
La muestra rememora así la estética de una década marcada por las revoluciones contraculturales, la emancipación de la mujer, la liberación sexual, el nacimiento del ecologismo o la aparición de la televisión en color, entre otros hitos de la historia contemporánea que dejaron huella en la forma de vivir y de vestir.
Los aires de libertad que agitaron esta época se dejan ver en una moda en la que todo era posible, desde la confusión entre prendas masculinas y femeninas hasta los extremos más extravagantes, y en la que la elegancia se entremezcla con la decadencia.
Las piezas exhibidas también reflejan el auge de valores como la juventud o la aparición de nuevos estilos de vida y clases sociales urbanas.
Los setenta fueron también la época en que la moda comenzó a definirse en la calle, más allá de las pasarelas, poniendo en jaque la supremacía de los diseñadores y estilistas del "prêt-à-porter" y de la alta costura parisina, recordaron los organizadores.
"Seventies, chacun ses audaces" sucede a otras exposiciones anteriores del Museo del Traje y del Encaje de Bruselas sobre la moda de las décadas de 1950 y 1960, e incluye un recorrido didáctico especialmente concebido para los niños.
Con motivo de la muestra, el museo colaborará en la organización de un mercadillo "vintage" en abril próximo en el antiguo mercado bruselense de Saint-Géry, donde podrán encontrarse desde accesorios y muebles de los años treinta hasta ropa de los ochenta, y acogerá varias conferencias sobre moda.