La aeronave aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 09:30 horas locales (12:30 GMT), con el número de vuelo 1691 y con 153 pasajeros y 11 tripulantes a bordo.
Todas las personas que venían a bordo del avión fueron sometidas a controles sanitarios dispuestos desde hace tres semanas por el Ministerio de Salud de Argentina.
En cuanto pisaron tierra, se les pidió que completaran una declaración jurada para saber si tenían algún síntoma de la influenza, y también tuvieron que pasar por un sensor para verificar su temperatura corporal.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, informó que estos controles se llevarán a cabo todavía durante algún tiempo, que no especificó, para evitar que aumente el número de contagios de la influenza humana, aunque hasta ahora sólo se confirmó un caso y no fue mortal.
Explicó que tanto aquí como en todo el mundo "se están tomando medidas de control para contener y evitar en lo posible la circulación de este nuevo virus que llega todos los días a un país nuevo: 41 países han reportado enfermos".
También convocó a las personas que recién llegaron de México que si en los próximos días presentan síntomas como fiebre elevada y dolor corporal se comuniquen al número gratuito que el gobierno instaló para atender consultas sobre la influenza.
El 28 de abril, Argentina fue el primer país sudamericano en interrumpir los vuelos directos con México, pero la medida fue fuertemente criticada porque, además de poco solidaria, no tenía fines prácticos y resultó ineficiente.
Las empresas LanChile, Copa y American Airlines, que vienen y van a México con escalas e Santiago, Panamá y ciudades de Estados Unidos, siguieron llegando a Argentina sin mayores controles.