Hemos sido testigos de una tendencia creciente de emigración como un efecto de la globalización. Al igual que los cambios de clima, tienen un gran impacto de flujos migratorios", señaló Dora Bakoyani, presidente de turno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y ministra griega de Exteriores a los delegados.
En declaraciones a la prensa tras salir de la reunión, la jefa de la diplomacia griega destacó que "ningún país puede hacer frente al problema de la migración solo" y afirmó que "la presidencia griega hará todo los esfuerzos para encontrar soluciones".
Se espera que unos 150 millones de personas migren hasta 2050 debido a los cambios de clima, según la ONU.
Expertos gubernamentales y de ONG dedicadas a la emigración y los derechos humanos, así como funcionarios de la ONU, estudiarán hasta el miércoles la "gestión de la migración y su relación con las políticas económicas, sociales y medioambientales a beneficio de la estabilidad y seguridad en la región de la OSCE".
Se analizará la contribución de la emigración al crecimiento y el desarrollo, como también la necesidad de mejorar la cooperación entre los estados para manejar la emigración y las políticas de género y de trabajo para los inmigrantes.
Grecia, cruce de olas migratorias hacia Europa desde Asia y África, tiene interés especial en el problema y "está activamente implicada en un diálogo a nivel internacional y de la Unión Europea (UE)", declaró Bakoyani.
La presidenta de la OSCE Abogó por "la creación de una red protectora para resguardar los derechos humanos y la dignidad de los emigrantes".
De cara a la "crisis económica sin precedentes", que "agrava el problema ", Bakoyani instó a los países desarrollados a "insistir en sus políticas dirigidas a resolver los problemas de la emigración y del medioambiente, en lugar de adaptar una reacción de temor" y de cerrazón.