"Una deficiencia técnica en el módulo de control del motor de la primera etapa del cohete" ha llevado a los científicos norcoreanos a ampliar la fecha límite de la operación, según un portavoz del Comité de Tecnología Espacial del país comunista, citado por la agencia estatal KCNA en un comunicado.
En el documento, Corea del Norte confirmó que "sigue adelante" en lo que respecta a sus planes de lanzar el cohete y que los preparativos de la operación se encuentran en su "etapa final".
El anuncio pone fin a las diversas especulaciones surgidas desde que hace dos días el régimen de Kim Jong-un comunicara, sin ofrecer más detalles, un posible "reajuste" en la fecha de lanzamiento, inicialmente establecida entre el 10 y el 22 de diciembre.
Corea del Norte, que en abril ya trató sin éxito de lanzar un cohete de largo alcance, asegura que el Unha-3 persigue únicamente fines pacíficos, concretamente poner en órbita el satélite meteorológico y de observación Kwangmyonsong-3 (Estrella brillante-3 en coreano).
Sin embargo, expertos extranjeros creen que el Unha-3 es una mejora de los misiles balísticos intercontinentales norcoreanos Taepodong-2, por lo que Corea del Sur, Estados Unidos y sus aliados interpretan que el país comunista viola las resoluciones de la ONU que le impiden desarrollar y lanzar misiles de largo alcance.
Corea del Sur, que considera una "provocación" el plan norcoreano, y Japón estrecharon hoy la vigilancia al comenzar el plazo del lanzamiento establecido por el régimen del joven Kim Jong-un, que a sus 28 o 29 años -según estimaciones- cumplirá en breves semanas un año al frente del país más hermético del mundo.
"Estamos vigilando de cerca todas las actividades relativas al lanzamiento mediante un equipo de trabajo" creado a tal efecto, indicó a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.
El Ejército de Corea del Sur elevó hoy su vigilancia tras desplegar dos buques de guerra y un avión de alerta temprana en el Mar Amarillo (Mar Occidental), una de las áreas donde más conflictos se han producido en los últimos años entre las dos Coreas, que permanecen técnicamente en guerra desde hace seis décadas.
Además, las Fuerzas Armadas surcoreanas mantienen estos días el nivel de alerta "Watchcon 2", cuya puesta en efecto responde a la existencia de una "amenaza vital" para el país.
Mientras, el canciller surcoreano, Kim Sung-hwan, celebró hoy una reunión con autoridades de Exteriores en las que llamó a "realizar esfuerzos diplomáticos para lograr que Corea del Norte no lance el misil" y, en caso de que éstas no surtan efecto, "gestionar bien" la situación ante un eventual lanzamiento.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, confirmó hoy que el país mantiene la alerta ante el anunciado lanzamiento e insistió en que el Gobierno se esforzará al máximo para vigilar de cerca el plan norcoreano.
Las fuerzas de Auto Defensa niponas han desplegado baterías de misiles tierra-aire PAC-3 y han enviado varios buques de guerra equipados con sistemas antimisiles Aegis, debido a que el cohete norcoreano podría sobrevolar algunas zonas de la provincia meridional japonesa de Okinawa.
El pasado abril, un primer intento de lanzar el Unha-3 concluyó en fracaso al caer el proyectil en varios pedazos al Mar Amarillo al poco de despegar, y reportó a Pyongyang la condena de la comunidad internacional y el endurecimiento de las sanciones que le impone el Consejo de Seguridad de la ONU.
Aquel lanzamiento coincidió con los fastos por el centenario del nacimiento de Kim Il-sung, el fallecido fundador del régimen, mientras el plazo marcado para este intento abarca el primer aniversario de la muerte del líder Kim Jong-il, el próximo día 17, y las elecciones presidenciales surcoreanas, convocadas para el 19.