"La mujer que vamos a ver en la próxima primavera-verano es muy coqueta, muy femenina, a la que le gusta tener unos vestidos muy suaves y ligeros, nada pesados,", dijo en una entrevista con Efe la diseñadora, que apostó por nuevos diseños "muy fluidos" con toques "románticos".
Herrera, una de las agujas más asentadas de la moda neoyorquina, dio a sus apuestas una nueva silueta, "con el talle un poco más alto y las faldas más largas, muy fluidas, con mucho movimiento", algo que consigue con el uso de tejidos suaves a lo largo de toda la colección, concretamente gasa, organza, seda, tul y georgette.
"La colección tiene que ser fluida, con mucho movimiento, porque para mí la moda es arte en movimiento", razonó la modista, quien sorprendió al incluir, además de numerosos vestidos y trajes de noche, pantalones cortos en una apuesta "ideal para las mujeres insinuantes".
"Creo que a la mujer, cuando tiene buenas piernas, le gusta enseñarlas. La nueva silueta tiene unos hombros muy angostos y las faldas más largas, así que los shorts van divinamente bien", explicó Herrera, quien apostó por mezclar gamas de azul palo, blanco espuma, gris glacial y toques de naranja eléctrico y amarillo.
Bajo el nombre de "Timeless Influence" (algo así como "Influencia atemporal", en español), su nueva colección llegó centrada en los básicos y en las proporciones, y en la que abundan estampados abstractos.
Vestidos de noche, otros largos y cortos, combinaciones de dos piezas entre pantalones y camisas, algunas con mangas de dramáticas proporciones, y cuidadas chaquetas conformaron las más de cuarenta apuestas de Herrera, que optó una vez más por calzado -sandalias de tacón y algunas planas- del español Manolo Blahnik.
La venezolana contó con la presencia de su marido, Reinaldo Herrera, y sus hijas, Carolina y Patricia, en el desfile, así como de un nutrido grupo de rostros famosos, como Ivana Trump, Bianca Jagger, el príncipe Dimitri de Yugoslavia, la directora de Vogue, Anna Wintour, y el empresario cubano José "Pepe" Fanjul y su esposa Emilia, entre otros.
Esta misma jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week de Nueva York sirvió para el retorno a la pasarela oficial tras cuatro años de ausencia del también venezolano Ángel Sánchez, quien presentó una colección de vestidos de cóctel inspirada en la obra del escultor Rafael Barrios.
"Es una colección fresca, joven. Diría que es en ella en la que más he puesto atención para que se entienda exactamente mi lenguaje como diseñador", dijo en declaraciones a Efe el modisto, uno de los favoritos de muchas famosas de Hollywood y quien ha vestido de novia a Eva Longoria, Roselyn Sánchez o Sandra Bullock.
Sánchez optó para sus nuevas prendas por el blanco y el negro, acentuados por el mostaza y el azul oscuro, mientras que Barrios colaboró con el modisto en el diseño de broches y otros detalles de las piezas que se presentaron en el Lincoln Center de Manhattan.
También desveló sus nuevas creaciones sobre la pasarela neoyorquina el brasileño Carlos Miele, quien, fiel a su gusto por el color, presentó una colección marcada por prendas vaporosas en las que mezcló varios estampados con motivos animales y vegetales, propios de la selva brasileña.
"Mi inspiración es una jungla alucinógena, con mutaciones de la piel, pájaros, con mucho movimiento. Esta colección va de pasarlo bien. Quiero que la mujer se meta en la jungla y se divierta", dijo Miele a Efe tras un desfile compuesto de treinta estilos, entre los que sobresalieron los vestidos con adornos en pedrería sobre los hombros, los escotes y bordeando espaldas abiertas.
La Semana de la Moda de Nueva York arrancó el jueves con las apuestas del francés Max Azria para BCBG y cerrará el 13 de septiembre con los diseños de Calvin Klein y Ralph Lauren, mientras que ya desfilaron nombres famosos, como los neoyorquinos Tommy Hilfiger y Diane von Furstenberg o el español Custo Barcelona.