Los datos de su informe mensual de agosto reflejan respecto al anterior una revisión a la baja cifrada en 300,000 barriles diarios para este año y en 400.000 barriles para el siguiente, fruto de la fragilidad del contexto económico, en el que se espera un alza en el crecimiento del 3.3 por ciento para 2012 y del 3.6 por ciento el próximo año.
Los expertos de la organización consideran que la caída en la demanda prevista para 2013 procederá también en parte de la reanudación de la capacidad nuclear de Japón, lo que reducirá las perspectivas en la necesidad de petróleo procedente del sector energético.
El documento se publica un día después del difundido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que cifró en 88.72 y 89.52 millones de barriles diarios la demanda petrolera mundial para 2012 y 2013, pero advirtió del riesgo de una caída del consumo por los altos precios del barril y la crisis de la zona euro.
La AIE especifica que el pasado julio el suministro de crudo aumentó en 300.000 barriles diarios hasta llegar a los 90.7 millones de barriles diarios (mdb), en los que los países no pertenecientes a la OPEC fueron responsables del 60 por ciento de esa subida.
El organismo prevé además que los suministros de los países que no integran la OPEC aumentarán en 400,000 barriles diarios en 2012 y en 700,000 barriles en 2013, la misma cantidad considerada en el informe anterior.
Las reservas industriales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por otra parte, cayeron en junio hasta los 2,683 millones de barriles, equivalentes a 57.8 días de consumo, frente a los 58.9 días cubiertos en la previsión anterior.
En lo referente a los precios, la AIE constató el efecto que ha tenido la entrada en vigor el pasado julio del embargo petrolero de la Unión Europea (UE) a las importaciones de crudo desde Irán, el segundo productor petrolero de la OPEP y cuarto del mundo.
El valor del barril referencial aumentó unos 10 dólares, hasta los 106 dólares, mientras que el crudo Brent y el de Texas (WTI) también se encarecieron, hasta alcanzar los 112 y 93 dólares, frente a los 89.61 y 78.10 que se pagaban por barril a finales de junio.
La AIE considera que el embargo iraní probablemente continuará pesando sobre el mercado a lo largo del segundo semestre del año, y advirtió del riesgo de que el progreso experimentado en la producción en Libia, Irak y Nigeria se vea comprometido si las tensiones políticas y civiles empeoran.