La entidad británica -multada recientemente por manipular el Libor y Euribor (tipo de interés interbancario)- admitió que ha tomado medidas "mitigadoras" por si uno o más países salen de la eurozona, lo que describe como "riesgo de redenominación".
En el caso de España, Barclays dijo que ha reducido su cartera de deuda pública española en un 13 %, hasta un total de 2.207 millones de libras (2.815 millones de euros).
Barclays precisó además que, respecto a los seis meses anteriores, ha reducido su exposición total al mercado español -incluyendo el número de hipotecas y préstamos a instituciones- en un 6,93 % hasta 28.283 millones de libras (35.900 millones de euros).
Estas medidas reflejan una estrategia del banco para proteger sus intereses en el contexto de crisis de deuda soberana y económica en la eurozona.
El banco indicó que teme sufrir pérdidas financieras en el caso de que uno o más países abandonen la eurozona y se devalúen los activos y pasivos en moneda local.
Al presentar sus resultados semestrales, Barclays informó de una subida de sus beneficios brutos "ajustados" del 13%, hasta 4.227 millones de libras (unos 5.394 millones de euros), respecto al mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, el beneficio bruto sin ajustar -que tiene en cuenta el costo de la propia deuda- bajó un 71 % hasta 759 millones de libras (963 millones de euros), con un beneficio neto de 480 millones de libras (609 millones de euros).
El banco informó además de que ha tenido que apartar 450 millones de libras (571 millones de euros) como contingencia para compensar a clientes a los que vendió de forma engañosa seguros de protección contra los aumentos de los tipos de interés, que se suman a las provisiones ya anunciadas para ese fin.
Barclays es objeto de una investigación parlamentaria en el Reino Unido tras ser multado en junio con 290 millones de libras (368 millones de euros) por manipulación del Libor y el Euribor (tipo de interés interbancario) entre 2005 y 2009.
Hoy se supo además que afronta otra investigación por parte de la Autoridad de Servicios Financieros (regulador) sobre las comisiones pagadas por directivos de la entidad a asesores para asegurarse financiación durante la crisis crediticia de 2008.
Barclays fue uno de los pocos grandes bancos británicos que no tuvo que ser rescatado por el Estado en 2008 debido a que logró reunir capital mediante acuerdos con inversores de Qatar y Abu Dhabi, cuya gestión se investiga ahora.