Sufren más rechazo las mujeres que los hombres al consumir alcohol y drogas

El uso de drogas está asociado a un mayor riesgo de ser víctimas de violencia y tener relaciones sexuales sin protección y, por lo tanto, de tener un embarazo no deseado o adquirir una infección de transmisión sexual.

El consumo de drogas es un reto sumamente importante para México. La utilización de sustancias adictivas, tanto legales como ilegales, constituye un asunto primordial de salud pública y esta cuestión, como todas las que involucran procesos sociales, presenta aspectos diferenciados para mujeres y hombres.

Es cierto que las mujeres han conquistado una gran variedad de espacios y que su participación en la vida pública ha aumentado, pero todavía existen muchos estereotipos y desventajas para ellas. Los roles que se les han asignado en nuestra cultura señalan que deben ser delicadas, altruistas, hogareñas, y que han de ser las encargadas de educar a hijas e hijos y mantener las relaciones familiares. Por estas razones, socialmente se rechaza y se sanciona en mayor medida que ellas beban o consuman drogas.

Esto ocasiona que las mujeres no busquen tratamiento cuando tienen una adicción, pues temen ser señaladas o menospreciadas por parte de su pareja, familia o comunidad. Ellas sufren mayores dificultades que los hombres al enfrentar censura, discriminación, rompimiento de vínculos, falta de apoyo y de atención.

La conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, este 26 de junio, proporciona la ocasión de reflexionar sobre las condiciones y características específicas de mujeres y hombres en relación con la utilización de sustancias tóxicas, factores de riesgo, patrones de consumo, consecuencias físicas y psicológicas, así como maneras de abordar el problema.

Destacan varios hechos: las mujeres presentan daños en la salud en menor tiempo y con menor consumo que los hombres, desarrollan abuso y dependencia más rápidamente, requieren mayor cantidad de droga para sentir los mismos efectos cuando se encuentran en su período menstrual y son más vulnerables a sufrir daños en el cerebro y enfermedades hepáticas.

Adicionalmente, el uso de drogas está asociado a un mayor riesgo de ser víctimas de violencia y tener relaciones sexuales sin protección y, por lo tanto, de tener un embarazo no deseado o adquirir una infección de transmisión sexual. Asimismo, quienes usan drogas inyectables poseen un riesgo mayor de adquirir VIH.

Aunque el alcohol es una droga cuyo consumo es legal, es relevante mencionar que las mujeres se intoxican más pronto y con una dosis menor en comparación con los hombres, ya que su organismo tiene más grasa, menos agua y menor cantidad de las enzimas que ayudan a que el alcohol salga del cuerpo.

Sumado a este análisis, se sabe que en la última década se ha duplicado el uso de drogas entre las mujeres. Todo ello hace evidente la necesidad de replantear las estrategias de prevención y atención de abuso de sustancias tóxicas para incorporar la perspectiva de género. El Instituto Nacional de las Mujeres hace un llamado a tomar en cuenta este enfoque en la implementación de políticas públicas, estrategias de prevención y programas de atención de consumo de drogas para que sean diseñados e implementados en función de las necesidades particulares de mujeres y hombres.