Costa insistió en esta nueva colección con su genuino estilo de patrones de inspiración arquitectónica, gracias a unas líneas limpias y geométricas, y a unas siluetas despegadas, que confieren a la mujer un aire sofisticado y elegante, con cortes sugerentes en la espalda.
En la paleta de colores usada por el brasileño predominan los tonos neutros, como el blanco, el negro, el beis o las gamas de gris, aunque introdujo notas de color a través de algunos diseños en amarillo mostaza, verde intenso o azul.
El modisto se decantó en estos 22 "looks" por tejidos como la lana angora, el algodón de doble faz y las pieles con estampado de serpiente, así como por algunos modelos vaporosos y envolventes, y prendas superpuestas en las que jugó con las transparencias.
Además, optó por unas faldas con el largo por debajo de la rodilla, y aberturas en la parte delantera, y por pantalones ligeramente acampanados y al tobillo.
En cuanto al calzado, destacó su propuesta de utilizar sandalias de plataforma elevada pero plana.