La obra, que hasta hace unos días se exhibía en el Museo Thyssen de Madrid, es una de las seis pinturas que forman parte de la serie más famosa de Constable, y la única que permanece en manos privadas.
Aunque se trata de una pintura de su propiedad, la baronesa informó ayer al patronato del Thyssen de su próxima venta, a la que con anterioridad se habían opuesto los patronos Francesca de Habsburgo, hija del barón Thyssen, ya fallecido, y Norman Rosenthal, pero ninguno de los dos acudió ayer a la reunión.
Evelio Acevedo, director gerente del museo, aclaró que "nadie tiene que autorizar que se devuelva algo a su propietario. Por cortesía, la baronesa informó al patronato. El marco jurídico es el de préstamo y se devuelve si el propietario lo pide".
Según los términos del acuerdo por el que la baronesa tiene prestada al Estado español su colección particular, ella tiene derecho a vender un 10 por ciento del valor total de la misma, fijado en 800 millones de euros. La venta del Constable supone un 4,8 por ciento.
Se trata de una pieza "aislada" dentro de la colección de la baronesa que forma parte del discurso expositivo del museo, por lo que no rompe ninguno de los movimientos presentes. "Es una pintura fantástica, pero más aislada", según Guillermo Solana, director artístico del museo.
Tras ser pintada por el maestro británico, "La esclusa" pasó a manos de su primer propietario y posteriormente fue adquirida por 10,8 millones de libras esterlinas por los barones Thyssen en una subasta de Sotheby's celebrada en 1990. Aquella compra hizo que fuera durante dieciséis años la pintura británica más cara.
En un encuentro con medios de comunicación, la baronesa comentó este martes que durante un año ha estado en negociaciones con Sotheby's y Christie's, y "finalmente me he decidido -dijo- por estos últimos".
Con anterioridad, Carmen Thyssen había planteado una opción de compra, "más barata y a plazos", pero que no fructificó, a la exministra española de Cultura Ángeles González-Sinde, y después al actual responsable de esta cartera, José Ignacio Wert.
Según Christie's, que exhibirá el cuadro los próximos dos días en Londres y posteriormente en Nueva York, esta es una de las más grandes pinturas de Constable, que representa la pintura británica en su momento culminante.
Carmen Thyssen, que según sus propias palabras se ha visto forzada a subastar este cuadro por necesidad, espera que esta venta "sea algo excepcional" y que no tenga que desprenderse de otra de las obras de su colección, que desde hace trece años tiene prestada al Estado "de forma desinteresada".
En caso de haber llegado a un acuerdo de alquiler de su colección privada, que se exhibe unida a la del barón (propiedad del Estado español), "no me hubiera hecho falta -dijo hoy- vender la obra".
El Thyssen-Bornemisza cumplirá en octubre veinte años. Han sido unos años "maravillosos, en los que todo ha sido muy bueno", para la baronesa, quien se muestra orgullosa de haber colaborado todo lo que ha podido.
"Nunca he faltado a ninguna de las reuniones del patronato ni a ninguna exposición importante, y siempre lo he hecho todo de forma gratuita", comentó.