Llama Papa a no dejarse amedrentar por el mal

El Papa Benedicto XVI llamó al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro.

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En la imagen, el Papa Benedicto XVI.

Al despedirse de México, en su último discurso público, expresó que “me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas”.

Durante la ceremonia oficial en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, el líder católico señaló que si bien su breve pero intensa visita al país llegó a su fin, con ella no se acaba su afecto y cercanía por un pueblo que lleva muy dentro de su corazón.

Previamente, el presidente Felipe Calderón Hinojosa le dirigió unas palabras de despedida, agradeciendo su visita al país.

Ante autoridades políticas, civiles, religiosas y numerosos fieles congregados en el último acto de su visita a México, el líder católico instó a todos a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos.

Añadió que en las circunstancias presentes de México “alienta ardientemente no sólo a los católicos sino también a los hombres y mujeres de buena voluntad”.

“Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos, para ponerlos en oración al pie de la cruz, en el corazón de Cristo, del que mana el agua y la sangre redentora.

“Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos”, expresó.

Joseph Ratzinger agradeció el entusiasmo y la alegría de los fieles que lo recibieron, así como el trabajo de todos aquellos que facilitaron o colaboraron, tanto en los aspectos destacados como en los más pequeños detalles, para el éxito de los actos de su permanencia en el país.

Reveló que en estos días fue testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida en este “amado país”, unos más recientes y otros que provienen de más atrás, pero que tantos desgarros siguen causando.

“Para los católicos, esta contribución al bien común es también una exigencia de esa dimensión esencial del evangelio que es la promoción humana, y una expresión altísima de la caridad.

“Por eso, la Iglesia exhorta a todos sus fieles a ser también buenos ciudadanos, conscientes de su responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad”, apuntó.