El relator de Alimentación de la ONU pide una moratoria a transgénicos en México

El relator especial de la ONU sobre Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, pidió hoy a México declarar una moratoria para los cultivos experimentales de maíz transgénico para evitar que contamine a las variedades autóctonas.

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El relator especial de la ONU Olivier De Shutter habla hoy martes 06 de marzo de 2012 en videoconferencia durante su informe "El derecho a la alimentación".

"Mi posición particular es que, a la espera de un diálogo nacional sobre la materia, necesitamos una moratoria en una mayor expansión de los experimentos autorizados (en 2009 y 2011) a campo abierto de maíz genéticamente modificado", dijo en una videoconferencia desde Ginebra.

De Schutter justificó la necesidad de una moratoria al maíz transgénico en México, que se cultiva a campo abierto y en forma experimental desde 2009, "porque ya está probado que hay riesgos de contaminación que, en cierto momento, pueden ser imposibles de controlar".

"Y el resultado de esta contaminación es que más y más zonas de México serán forzadas a abandonar sus tierras y los sistemas tradicionales (de cultivo de maíz) desaparecerán", agregó.

México cuenta con 59 especies y 200 variedades adaptadas de este cereal, usado antiguamente por diversos pueblos y culturas mesoamericanas, como los olmecas y los aztecas.

El representante de la ONU recordó "que la inmensa mayoría de los pequeños agricultores de México dependen todavía de las variedades de maíz nativo, que no pertenecen a las corporaciones transnacionales" y que "para ellos es vital" seguir usando esos sistemas.

En el informe sobre su viaje a México el año pasado, el relator considera que la introducción del maíz transgénico "tal vez no sea lo mejor para el país", y "de hecho desvía la atención de los encargados de formular las políticas de problemas más importantes como la erosión del suelo o la resilencia al cambio climático".

Alertó contra la posibilidad de que una ampliación de los cultivos de maíz transgénico pueda aumentar "el riesgo de endeudamiento de los pequeños agricultores" con empresas multinacionales del sector.

Según De Schutter, lo primordial en este momento "es que haya un diálogo abierto y basado en la evidencia en este tema", que no esté "basado en ideología" y en el que participen "los científicos, la sociedad civil y los productores agrícolas".

"Estas decisiones son vitales para el futuro de la soberanía alimentaria de México y no se pueden tomar a puerta cerrada", apuntó.

Otro aspecto con el que se mostró crítico fue con el papel de la empresa Monsanto en México por su dominio del comercio de semillas de maíz genéticamente modificadas.

"Mi temor es que gradualmente la agricultura de México, al menos para los productores de maíz, se haga totalmente dependiente de esa compañía, que hará más caro para ellos producir el maíz y crearía una dependencia que pienso que no es buena a largo plazo para México", agregó.

Con la postura del relator se alineó un representante del Frente Democrático Campesino de Chihuahua, Pedro Torres, quien consideró "muy irresponsable estar agrediendo a la propia naturaleza" con experimentos de maíz transgénico en su país.

"Es un gran riesgo estar queriendo resolver un problema de alimentación con productos que pueden derivar en problemas de salud muy fuertes para la población", indicó.

En el extremo contrario se posicionó el director de programas regionales de la subsecretaría de Desarrollo Rural, José Tulais López, quien dijo que los experimentos buscan "promover la industria nacional de semillas" para que los productores puedan adquirirlas en mejores condiciones.