"Ya se ve moda argentina en toda Latinoamérica. Antes Brasil era un mercado muy difícil, pero ahora hay marcas que funcionan muy bien, incluso en Tokio algunos encuentran mayor acogida que en el propio país", dijo Hernando Lagos, de la firma Mina Hoo, expositora en esta Bafweek, como se denomina la semana de la moda porteña.
Esta vocación internacional fue una de las líneas emergentes de esta congregación de firmas textiles argentinas, que mostraron sus colecciones para la temporada otoño-invierno en 36 desfiles y treinta espacios de muestra o 'showrooms'.
Pese a que la proyección latinoamericana de la moda argentina es muy relevante, a los diseñadores locales les cuesta todavía "llegar a Europa", según aseguró Lagos, quien también reconoció que las restricciones a la importación suponen un problema considerable para muchas empresas del mercado textil argentino.
"Se está viendo en el mercado que hay muchas menos telas por las limitaciones a la importación", reconoció el empresario textil, que dijo haber tenido problemas para importar producto terminado desde países como la India ya que no les resulta fácil obtener las licencias para traer el género a Argentina.
Aunque encuentren ciertas dificultades para importar, los diseñadores argentinos sí que están teniendo la habilidad de proyectarse al exterior, como le ocurre al joven modisto Gerard Dubois, que expuso este año por primera vez en la Bafweek bajo la firma 'Bandoleiro' y ya cuenta con experiencia internacional.
"Mis productos gustan en Tokio y estuve en el festival 'Opening Ceremony' en Los Ángeles y Nueva York", dijo este diseñador argentino, que accedió a esta muestra con una colección claramente juvenil, en la que se pudo ver una apuesta por el colorido y la reutilización de tejidos.
El aspecto juvenil se confirma en los visitantes a esta muestra de la moda, que, además de las dos pasarelas de desfiles, ofrece un amplio espacio para que las marcas realicen venta directa a los asistente y tomen contacto con su público.
"Estamos apuntando a un 'target' muy juvenil, pero veo que hay mucha gente de 35 años para arriba que también se anima", dijo a Efe la diseñadora Ornella Basilotta, de la firma 'Basilotta', que apunta a la superación en moda femenina de la imagen de "mujer clásica" aún vigente en algunas zonas del mercado local argentino.
Esta firma presentó una colección de diseños con la colaboración del artista plástico argentino Felipe Giménez, en lo que ha sido una de las claves de esta edición de la Bafweek: la fusión de las artes plásticas con la costura tradicional.
Esta tendencia a la fusión de arte y costura también provocó la visita de artistas como el argentino Milo Lockett, que visitó la muestra a raíz de su colaboración en el espacio de la organización no gubernamental Arte y Esperanza, que presentó una línea de camisetas de comercio justo con sus ilustraciones.
Con un espacio cedido por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, patrocinador de la cita, esta ONG mostró prendas elaboradas con criterios de "respeto al medio ambiente, pago igualitario y eliminación de intermediarios", según explicó a Efe Racu Sandoval.
"Hablar en una feria de moda de comercio justo nos parece muy oportuno y difícil de ver", agregó Sandoval, que presentó también diseños de los dibujantes Quino, Liniers y Maitena.
Con una mezcla de diseñadores emergentes y firmas consagradas, la Semana de la Moda de Buenos Aires cierra hoy sus puertas después de ofrecer un nuevo trampolín para que el diseño argentino continúe traspasando los umbrales de Suramérica.