"Estoy convencido de que fortaleciendo y juntando nuestros esfuerzos estaremos en condiciones finalmente de imponernos frente a este adversario común a fin de garantizar plenamente la seguridad ciudadana y la paz hemisférica", señaló el secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell.
El enviado de la OEA participó en la apertura de la I Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra Delincuencia Organizada Transnacional, de dos días y a la que asisten en Ciudad de México procuradores, fiscales y ministros de Justicia de más de 30 países, entre ellos el subprocurador general de Estados Unidos, James Cole.
"La delincuencia y la violencia son hoy en día las principales amenazas a la seguridad de nuestros Estados", dijo Blackwell, quien ofreció datos del Observatorio de Seguridad de la OEA que indican que en 2010 unas 357,000 personas murieron de manera violenta en todo el continente, 150,000 de ellas víctimas de homicidios dolosos.
Blackwell señaló que la región concentra "más de dos tercios de los secuestros del planeta", y que en el año referido 200 millones de personas "fueron víctimas de un delito" en países latinoamericanos y caribeños.
Por su parte, el representante regional para México y Centroamérica de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, Antonio Luigi Mazzitelli, llamó la atención sobre el precio "que el crimen organizado está haciendo pagar a todos los ciudadanos del hemisferio".
Dijo estar seguro de que la sangre de "servidores públicos, fiscales, jueces" y de las "víctimas inocentes" de la delincuencia no será "derramada en vano" en América, sino que servirá para fortalecer las instituciones de procuración de justicia y "construir un futuro donde la seguridad y la justicia sean los pilares de una sociedad más solidaria, más abierta y más justa".
Al llamado a contar con un "un frente organizado internacional" se sumó el presidente mexicano, Felipe Calderón, quien destacó que el desafío hemisférico es "enorme", ya que el crimen organizado "ha acelerado en la última década y media" su control territorial en algunos países de la región.
Este tipo de delincuencia "representa el mayor desafío al Estado" tanto en el mundo como "en nuestro adolorido continente americano", aseveró.
Consideró que la criminalidad y la violencia constituyen "la principal amenaza para los regímenes democráticos" que fueron construidos en América "con un gran esfuerzo y con un enorme sacrificio" durante décadas.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, reconoció que "el embate de los grupos criminales se ha recrudecido, expandido y diversificado" en los últimos años.
Actividades de la delincuencia "que antes estaban aisladas ahora son parte de estrategias más amplias y complejas de organizaciones de alcance transnacional. Por ello resulta imperativo seguir fortaleciendo la cooperación entre nuestros países", apuntó.
La fiscal general de México, Marisela Morales, recordó en el mismo acto que "ninguna organización criminal es más fuerte y más poderosa que los Estados del hemisferio" y animó a los presentes a dirigir su trabajo "hacia nuevos conceptos y un sistema de cooperación más ágil".
La reunión sucede en un momento en que el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, ha pedido abrir un debate en la región sobre la despenalización de algunas drogas, un plan que pretende llevar a la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril próximo en Cartagena de Indias (Colombia).
A la propuesta de Guatemala, que no fue mencionada por ninguno de los ponentes, se opone Estados Unidos, que esta semana dejó claro a través de su secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, que "no cree que la despenalización sea la solución".
Otros países como México están dispuestos a que se abra tal debate, han señalado tanto el presidente Calderón como la canciller Espinosa.