La última víctima fue una mujer encontrada congelada este martes en la localidad de Caponago, en la norteña provincia de Monza.
Otras siete personas perdieron la vida el lunes, entre ellas un anciano que removía el hielo frente a su casa en la provincia de Sondrio y el chofer de un camión bloqueado por la nieve a las puertas de la central ciudad de Avezzano.
Asimismo, fueron hallados sin vida un indocumentado indio en una bodega de la norteña provincia de Mantova y una mujer de nacionalidad moldava en un bosque de Como (norte).
La mayor parte de las víctimas son ancianos y vagabundos, aunque también personas fallecidas en accidentes de tráfico causados por el hielo en las carreteras o choferes atrapados dentro de sus vehículos.
En tanto, Proteción Civil lanzó una nueva alerta sobre nuevas nevadas en las próximas horas en las centrales regiones de Emilia-Romagna, Marche, Umbria, Toscana, Lazio y Abruzzo y en las sureñas de Puglia y Sicilia.
Pero el frío afectaba a todo el país y en la norteña ciudad de Milán se registraron temperaturas de 10 grados bajo cero, las más bajas en los últimos 50 años.
Asimismo, en zonas altas el termómetro alcanzaba los -23 grados.
La víspera el ejército lanzó desde helicópteros víveres en la localidad de Ripi, cercana a Roma, aislada por la nieve, mientras unas 40 mil personas de la zona se encontraban sin electricidad.
El alcalde del pueblo de Pescolido, en la central región de Abruzzo, declaró a los medios de comunicación por teléfono satelital que unos 500 habitantes estaban incomunicados desde el jueves pasado, sin que se conozca su condición.
Roma, afectada por la peor nevada en los últimos 50 años, continuaba semiparalizada, con escuelas, museos y monumentos cerrados, aunque este martes fueron reabiertas las oficinas públicas.
Las autoridades locales aseguraron que en los próximos días todo volverá a la normalidad, aunque el servicio metereológico alertó sobre el riesgo de nuevas nevadas.