Matolcsy afirmó a la prensa después de un encuentro de representantes del gobierno con economistas en el Parlamento, que "los fundamentos de Hungría no justifican esta medida" y agregó que esta "pudo haber sido parte de una especulación financiera".
La agencia rebajó anoche la calificación de Hungría en un escalón, a Ba1 de Baa3, dejándola a nivel de "bono basura", y con perspectiva negativa, con lo que no descarta volverla a rebajar.
La agencia justificó su decisión por las dudas sobre "la capacidad del país de alcanzar sus objetivos a medio plazo en la consolidación fiscal y la reducción de la deuda pública".
Moody's resalta los "riesgos derivados de la alta deuda pública", del 82 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
En este sentido Matolcsy respondió que "los fundamentos de Hungría son fuertes, la deuda pública disminuye, crece el empleo y el déficit presupuestario se situará por debajo del 3 por ciento en 2012".
La críticas de Matolcsy frente a la medida de Moody's coincidieron con un comunicado de su ministerio de primera hora de hoy, en el que se aseguraba que la degradación de la calificación podía formar parte de un ataque especulativo contra la moneda del país, el forinto.
El ministro asimismo reconoció que el país deberá modificar sus pronósticos de crecimiento para el próximo año, del 2.5 por ciento proyectado actualmente hasta un 1 por ciento.
En este sentido afirmó que Hungría "necesitará un nuevo plan de crecimiento".
Además añadió que el país necesitará "una red de seguridad financiera", que "solo puede ofrecer el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE)".
Hungría, que hasta ahora descartaba todo tipo de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció el pasado 21 de noviembre el inicio de conversaciones con el organismo multilateral y con Bruselas sobre un "crédito preventivo", para frenar la caída del valor de su moneda.
En las negociaciones con el FMI, que comenzarán en diciembre "buscaremos el préstamo más flexible", afirmó Matolcsy, agregando que el país no quiere utilizar el crédito, solo busca "una red de seguridad".
Hungría recibió en octubre de 2008, todavía bajo el anterior gabinete socialdemócrata, un crédito de unos 20,000 millones de euros del FMI y de la UE para evitar la bancarrota.
La Bolsa de Budapest cayó hoy un 3.06 por ciento, y los analistas húngaros aseguran que la bajada no ha sido mayor porque los mercados ya descontaban la rebaja de la calificación crediticia.