El sistema planetario WASP-132 sorprende a los astrónomos con una estructura inesperada

El sistema planetario WASP-132 tiene una arquitectura única e inesperada, al estar formado por planetas que, hasta lo que se creía, no deberían estar juntos en un sistema, lo que plantea limitaciones a las teorías de formación de planetas y a sus procesos de migración.

La Universidad de Ginebra encabeza un estudio que publica Astronomy & Astrophysics en el que se describe el sistema WASP-132, donde conviven un Júpiter caliente, una Supertierra interior y un planeta gigante helado exterior.

Los Júpiter calientes son planetas gigantes con masas similares a la de Júpiter, pero que orbitan cerca de su estrella, a una distancia mucho menor de la que Mercurio está del Sol.

Hasta ahora se creía que los Júpiter calientes orbitaban en solitario, pues expulsaban sistemáticamente a su vecinos durante el proceso de acercamiento a la estrella (se forman muy lejos y se van aproximando a medida que evoluciona el sistema planetario).

Sin embargo, WAP-132 rompe esta teoría, lo que le convierte en un laboratorio extraordinario para estudiar la formación y evolución de sistemas multiplanetarios, según los investigadores.

La presencia de esos planetas juntos ponen "en tela de juicio nuestra comprensión de la formación y evolución de estos sistemas", en palabras de François Bouchy, de la Universidad de Ginebra y uno de los firmantes del texto.

WASP-123 está formado por un Júpiter caliente que orbita alrededor de su estrella en 7 días y 3 horas, además de una supertierra (un planeta rocoso con una masa 6 veces superior a la de la Tierra) que orbita la estrella en 24 horas y 17 minutos.

Además, hay un planeta gigante (con una masa 5 veces superior a la de Júpiter), que rodea la estrella anfitriona en 5 años, y, por último, un compañero mucho más masivo, probablemente una enana marrón (un cuerpo celeste cuya masa está entre la de un planeta y la de una estrella), que orbita a una distancia muy larga.

La combinación de mediciones precisas del radio y la masa ha permitido determinar la densidad y la composición interna de los planetas.

El Júpiter caliente WASP-132b revela un enriquecimiento en elementos pesados de unas 17 masas terrestres, de acuerdo con los modelos de formación de gigantes gaseosos. La supertierra tiene una composición dominada por metales y silicatos bastante similar a la de nuestra Tierra.

Si los Júpiter calientes no están siempre solos en su sistema planetario, entonces su proceso de migración debe ser diferente para preservar la arquitectura del sistema.

La hipótesis estándar de migración por perturbación dinámica del Júpiter caliente hacia el interior no se sostiene, ya que esto habría desestabilizado las órbitas de los otros dos planetas, lo que no ha pasado, agrega el estudio.

WASP-132 demuestra la diversidad y complejidad de los sistemas multiplanetarios y subraya la necesidad de realizar observaciones de alta precisión a muy largo plazo, concluyen los investigadores.