La petición cumple con los requisitos para que la Comisión inscriba la iniciativa ciudadana y, a partir de ahora, los impulsores de la petición tienen seis meses para iniciar el proceso para recoger un millón de firmas y un año para completarlo, si bien el Ejecutivo comunitario precisó que no ha analizado aún el fondo de la propuesta que ha admitido a trámite.
Si en ese plazo la iniciativa ciudadana (https://air-quotas.eu/) reúne ese volumen de apoyos con signatarios en al menos siete Estados miembros diferentes, la Comisión tendrá que decidir si toma o no medidas y justificar su decisión.
Según los impulsores de la iniciativa, el mecanismo abarcaría "todas las compras de productos y servicios, comenzando simbólicamente con el transporte aéreo" porque "aunque el transporte aéreo solo representa el 5 % de la huella de carbono de Europa, servirá como punto de partida".
Abogan por establecer una "cuenta de carbono" de manera que cada ciudadano tenga una serie de "puntos" de CO2 con los que "pagar" sus compras, mientras que las empresas deberían "registrar y etiquetar el contenido de carbono de sus productos, incentivando la descarbonización".
Los ciudadanos que "consuman" más CO2 tendrán que comprar puntos a los más "sobrios" que tengan excedente para vender, en un sistema controlado por un organismo independiente en un sistema de presupuesto de carbono que se iría reduciendo anualmente un 6 % para cumplir con el Acuerdo de París contra el cambio climático.
Los impulsores, sostienen que con este sistema "la producción antropogénica de 54 gigatoneladas (GT) de CO2, con una absorción natural de 21 Gt, podría disminuir a 16-18 Gt en 2050".
Recuerdan que, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el planeta no será habitable si cada persona no reduce sus emisiones de CO2 de media hasta las 2 toneladas al año para 2050, frente a las 6.75 toneladas liberadas actualmente por cabeza.