“Salieron de la antigua cabecera municipal de Tila. No nos esperábamos que saliera mucha gente, sabíamos que iba a haber una evacuación como de 10 o 15 familias, nada más; sin embargo, fueron camiones, camiones y más camiones de personas que llegaron", dijo Juan Núñez Cancino, delegado de Protección Civil región Cho’l.
Añadió que tan solo en la unidad deportiva de Petlalcingo alcanzaron a dar albergue a más de 3,000 indígenas desplazados de la sureña localidad de México.
El delegado detalló que muchas de las personas exiliadas no se contabilizaron porque se refugiaron en casas solidarias en Tumbalá, Yajalón, Sabanilla, Ocosingo, Comitán, en el mismo estado de Chiapas.
Otros más, abundó, se fueron a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, ambos municipios chiapanecos; y Cancún, en el estado de Quintana Roo, en el sureste mexicano.
“En este momento prácticamente Tila está abandonado”, lamentó el funcionario.
El éxodo de las familias se da luego de que los pobladores vivieran casi cinco días atrincherados en la zozobra y el terror infundado por los grupos delincuenciales.
Por ello, con la llegada de 500 miembros de las fuerzas federales y estatales ayer, los indígenas choles no dudaron en huir de su localidad.
En tanto, los militares y agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado de Chiapas realizaron un recorrido por las calles para levantar evidencias y a su vez llevar a cabo las diligencias correspondientes por los delitos de homicidio, atentado contra la paz, entre otros.
Los elementos de seguridad federal, estatal y municipales también se enfrentaron a un reducido grupo de la etnia de choles, denominados los 'Autónomos' e identificados como generadores de la violencia en esta localidad. Mismos que encararon y protestaron con palos en mano al Ejército, Guardia Nacional, bajo la consigna: “fuera Ejército, fuera Ejército”.
De acuerdo con fuentes oficiales, reportaron el hallazgo de dos muertos y cinco heridos en el lugar de los hechos, uno más que murió antes de llegar al nosocomio.
No obstante, de forma extraoficial, los habitantes registran más de 10 muertos, así como violaciones a mujeres y niñas, quienes defendían su patrimonio.
Pueblo desolado
Ahora, el pueblo luce desolado, en las calles se encuentran las evidencias de la violencia que vivieron los pobladores de esta localidad en el sur de México por al menos 120 horas que, algunos entrevistados por EFE, calificaron "de terror", como lo expresó María López.
“Nos desalojaron de nuestra casa, dejamos nuestros animales, más nuestra casa, no tenemos donde ir, es el único refugio que tenemos. Ellos nos sacaron a la fuerza, sin corazón, no pensaron en los niños, no piensan en los enfermos", sostuvo.
Al cuestionar sobre alguna advertencia previo al ataque, María respondió que recibieron amenazas, pero llegaron al punto en el que delincuentes cumplieron su palabra.
La mayoría de las personas salieron en cuanto pudieron, un grupo amplio de adultos mayores decidieron quedarse de forma voluntaria para resguardar sus pertenencias o por enfermedad, mientras que otros no lograron salir debido a las agresiones.
Ante el éxodo inesperado, las autoridades municipales de Yajalón instalaron albergues municipales en los auditorios deportivos, donde los desplazados recibieron alimentos, cobijas, vestido, colchonetas y atenciones médicas.
Durante el operativo, las fuerzas federales y estatales localizaron a cinco personas lesionadas, que responden a los nombres de Alejandro “N”, Edilberto “N”, Belén “N”, Angélica “N” y un adolescente de identidad resguardada, quienes fueron trasladados a diversos hospitales vía terrestre y aérea para su atención médica.
De acuerdo con los registros históricos, este es el segundo episodio más violento que vive el municipio de Tila. El primero ocurrió en noviembre de 2023, cuando también la cabecera municipal permaneció sitiada por casi 15 días y dejó como salado ocho jóvenes fallecidos.