Los primeros ministros de Japón, Fumio Kishida; Australia, Anthony Albanese, y Nueva Zelanda, Chris Hipkins, así como el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, se sentarán con los socios de la Alianza Atlántica, tras ser invitados el año pasado a la cumbre de Madrid.
En los últimos meses, la OTAN ha estado en negociaciones para establecer una oficina de enlace en Japón, la primera de este tipo en Asia, para realizar consultas con sus socios en la región de Asia-Pacífico, donde aumenta la hegemonía de China.
Además, la Alianza Atlántica también busca la firma de un Programa de Asociación Personalizado (ITPP, por sus siglas en inglés) con los cuatro países para profundizar su colaboración bilateral en materia de ciberseguridad, tecnologías emergentes y desinformación.
El primer ministro neozelandés viajó el viernes pasado a Europa para una gira que incluirá su participación en la cumbre de la OTAN, e indicó en un comunicado que expresará su apoyo a Kiev y abogará por la "paz, seguridad y estabilidad internacional".
El mes pasado, Nueva Zelanda ya expresó su interés por firmar el ITPP en un mundo cambiante para fomentar "posibles oportunidades de cooperación".
El mandatario australiano llegó el domingo a Berlín, en su primera escala europea antes de asistir a la cumbre de Vilna.
"La presencia de Australia en este foro es de nuestro interés nacional mientras trabajamos juntos por un mundo pacífico y estable. Junto a nuestros aliados de la OTAN, Australia continúa demostrando nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania y condena la invasión ilegal e inmoral de Rusia", remarcó Albanese antes de partir.
Australia es uno de los países fuera de la OTAN que ha enviado a Ucrania más ayuda humanitaria y militar, además de sancionar a más de mil políticos, empresas e instituciones rusas por la invasión por parte de Rusia iniciada el 24 de febrero de 2022.
COREA DEL SUR
Este lunes partió hacia Lituania el presidente surcoreano con el objetivo de reforzar la cooperación bilateral con la Alianza en diversos terrenos y departir sobre la guerra en Ucrania y el programa de armas de destrucción masiva norcoreano.
En esta cumbre, la segunda en la que participa Corea del Sur como país invitado tras la celebrada en Madrid en 2022, Yoon quiere aprovechar para fortalecer la cooperación entre la OTAN y Seúl en torno a la cuestión norcoreana y enviar un mensaje conjunto sobre el rechazo a las pruebas de armas del régimen.
Con Ucrania en el centro de las conversaciones, en Vilna se volverá a poner el foco de atención en el tipo de apoyo que Seúl puede prestar a Kiev.
Aunque el Ejecutivo surcoreano ha mantenido su postura de no suministrar de manera directa armamento ofensivo a un Estado en guerra, Yoon sugirió hace unos meses la posibilidad de que Seúl entregue armas a Kiev si Moscú atenta indiscriminadamente contra civiles.
La alusión alegró a aliados como EE.UU., pero hizo que Rusia respondiera amenazando con armar hasta los dientes a Corea del Norte si al Sur se le ocurría administrar activos bélicos a Ucrania.
Durante la cumbre, está previsto que Corea del Sur y la OTAN adopten acuerdos de cooperación bilateral en 11 áreas distintas, incluyendo no proliferación, ciberseguridad o tecnologías emergentes.
FUTURA OFICINA EN TOKIO
El primer ministro japonés, que partirá el martes hacia Vilna, tiene previsto un encuentro con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el miércoles, el mismo día en que arranca la cumbre en Vilna entre la Alianza Atlántica y los países invitados.
La agenda de Kishida incluye ultimar un Programa de Colaboración Individual Personalizado, un tipo de acuerdo que sustituirá a los actuales pactos de cooperación entre la OTAN y países no miembros y que se centrará en aspectos concretos como el uso militar del espacio o la lucha contra la desinformación.
Otro de los puntos sobre la mesa para Kishida será la apertura de una oficina de representación de la alianza en Tokio, la primera de este tipo en Asia, una medida que según fuentes niponas de Exteriores se encuentra aún "en fase de discusión" entre los aliados.