Segundos después de que el presidente del grupo, Andrew Mackenzie, inaugurara telemáticamente el acto, un hombre sentado en una de las primeras filas de la audiencia se levantó de su asiento para, a gritos, pronunciar un discurso en el que afeaba al grupo sus acciones "contra la vida salvaje".
"Cuando alguien dice Shell, yo escucho "hell" (infierno). ¿Quieren ver la vida silvestre destruida? Lo que están haciendo es demencial porque tienen mucho dinero, y están ahí cómodamente sentados, pero déjenme decirles que están acabando con la vida salvaje. Les exijo que cierren su negocio", clamó el hombre.
Mackezie pidió al activista que se sentara y escuchara "los puntos de vista de otros miembros de la comunidad de Shell".
A los cinco minutos de este primer incidente, aproximadamente una docena de personas sentadas a su lado se levantaron y comenzaron a entonar cánticos de protesta, al ritmo de palmas, contra el grupo.
Después de que los empleados de seguridad desalojaran uno a uno a los activistas -algunos de ellos de avanzada edad- empezaron a escucharse desde diferentes puntos de la sala otros mensajes en lo que parecía un acto coordinado.
"Están aniquilando el planeta y matando a nuestros hijos. Cierren el negocio", gritó una mujer mientras se la llevaban en volandas.
"No se dan cuenta de que no podemos beber agua manchada de petróleo y que el dinero no se puede comer", clamaba otro hombre desde las últimas filas de la sala, mientras otro activista llamaba al presidente "mentiroso".
Se espera que en la asamblea de hoy, entre otros actos, los accionistas voten acerca de una resolución sobre la estrategia de transición energética de la firma con la que se alinearían sus objetivos con los recogidos en el Acuerdo de París.
En su web, la directiva de Shell ha recomendado a sus accionistas votar a favor de esa moción con la que espera "convertirse en un negocio energético de emisiones cero neto para 2050", según dice.
La empresa asegura haberse fijado objetivos climáticos alineados con el fin más ambicioso del Acuerdo de París de 2015: limitar el incremento de la temperatura media global este siglo hasta 1.5 grados por encima de los niveles preindustriales.