Menos del 1 % del mar Mediterráneo se considera bajo protección "efectiva"

Sólo el 0.23 % del mar Mediterráneo se considera bajo protección "efectiva", avisan desde la asociación europea Biodiversa +, que subraya la importancia de que las políticas del nuevo acuerdo global sobre biodiversidad se apoyen en la ciencia.

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Pradera de alga marina verde, (caulerpa prolifera) , autóctona del Mediterráneo EFE

Así lo han destacado este martes diferentes expertos de Biodiversa+ que, en una rueda de prensa, han repasado los retos y medidas que deben asumir los gobiernos para cumplir con los objetivos del Marco mundial de la diversidad biológica Kunming-Montreal, aprobado en diciembre pasado en la cumbre de la ONU sobre biodiversidad.

Este acuerdo, al que llegaron 196 países en la COP15 que acogió la ciudad canadiense de Montreal y se calificó como "histórico", llama a los gobiernos a proteger de aquí a 2030 “al menos” el 30 % de la biodiversidad del planeta, y a que un 10 % esté estrictamente protegido.

Sin embargo, los océanos están aún muy lejos de ese objetivo que debería alcanzarse en siete años, pues “sólo el 1 % de las zonas marinas está estrictamente protegido”, ha lamentado el experto de Biodiversa+ Frédéric Lemaitre.

La protección estricta de áreas marinas implica, por ejemplo, la exclusión de actividades humanas como la pesca.

En el Mediterráneo, los científicos detectaron que las 1,062 AMP (Áreas Marinas Protegidas) representan apenas el 6 % de la cuenca del Mediterráneo y, "lo que es aún más preocupante", que el 95 % de la superficie que cubren esas AMP “carece de normas suficientes para reducir el impacto humano sobre la biodiversidad y proteger la salud de los océanos”.

Sólo el 0.23 % de la cuenca del Mediterráneo está “efectivamente protegida”, precisan los investigadores en su análisis, donde añaden que, además, estas AMP están "desigualmente distribuidas entre fronteras políticas y ecorregiones".

"Parte de nuestra herencia natural está en peligro crítico, como es el caso del esturión beluga o el hámster europeo, que podrían desaparecer del planeta en nuestra propia vida", ha recordado por su parte el especialista Piero Visconti, del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA).

Entre las políticas que desde la Unión Europea se pueden poner en marcha para frenar la pérdida de biodiversidad, los expertos destacan la creación de corredores ecológicos, así como la restauración del 20 % de los ecosistemas y la protección del 30 % de la diversidad biológica terrestre y marina, con al menos un tercio bajo protección estricta, como aconseja la comunidad científica.

“La UE ha liderado el camino en términos de conservación ambiciosa en las últimas décadas y sigue siendo un modelo a seguir”, ha asegurado Visconti, que ha destacado como "un claro caso de éxito" la recuperación del lince ibérico "gracias a las políticas locales, la financiación europea a través de los proyectos Life y los esfuerzos de la Estación Biológica de Doñana".

Visconti celebra que, por ejemplo, los estados miembros se hayan comprometido a facilitar el movimiento de especies "a través de corredores ecológicos que deben ser multifuncionales, lo que significa que deben funcionar para la naturaleza y las personas y aumentar la resiliencia de los ecosistemas mediante la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo".

En la conservación de la naturaleza "la calidad cuenta tanto como la cantidad", ha señalado, y así "el foco no está en el 30 %, sino en determinar cuál es el mejor 30 % que debemos proteger, y ahí es donde entra en juego la ciencia".