"El amor de Jesús nos pide que nos dejemos tocar por el sufrimiento de los que sufren", dijo al final del ángelus celebrado en la plaza de San Pedro.
En concreto el papa agregó: "Pienso especialmente en Siria y Turquía, en las numerosas víctimas del terremoto, pero pienso también en los dramas cotidianos del querido pueblo ucraniano y en los de tantos pueblos que sufren la guerra, la pobreza y la devastación ambiental".
Ante ello, expresó su cercanía a Nueva Zelanda por el ciclón que ha causado víctimas y numerosos daños.
"No olvidemos a los que sufren, que nuestra caridad sea atenta y concreta", añadió el papa en su llamamiento.
El papa Francisco ha enviado varias toneladas de alimentos a la zona de Turquía afectada por el terremoto, según explicó el lismosnero pontificio, el cardenal Konrad Krajewski.