El Gobierno de Shenzhen ideó un proyecto a cinco años vista para fortalecer la industria relacionada con los deportes electrónicos, popularmente conocidos como “eSports”, con el que busca fomentar el desarrollo de videojuegos originales y brindar apoyo a equipos, torneos y estadios.
Según el plan, que sigue propuestas similares de Pekín y Shanghái, los desarrolladores de juegos de la ciudad podrán recibir hasta 2 millones de yuanes (277,000 dólares, 290,000 euros) dependiendo de la popularidad de sus productos, y optar a unos 5 millones de yuanes (692,000 dólares, 724,000 euros) adicionales si estos son elegidos por las principales competiciones.
“La industria de los deportes electrónicos es una parte importante del desarrollo de la economía digital, con un tamaño de mercado enorme y un alto nivel de tecnología”, afirmó la autoridad municipal de cultura y deportes a cargo del proyecto.
En el mismo programa, la urbe tecnológica invitará a las principales empresas, equipos y torneos de deportes electrónicos de todo el mundo, atrayéndolos con premios que alcanzarán los 8 millones de yuanes (1.1 millones de dólares, 1.16 millones de euros), a pesar de que recientemente el gigante asiático implementara controles más estrictos sobre los videojuegos y las transmisiones en vivo.
Shenzhen, con más de 12 millones de habitantes, alberga a más de 4,000 empresas de videojuegos, incluida una de las líderes mundiales en la industria, Tencent Holdings, y generaron 160,000 millones de yuanes (22,135 millones de dólares, 23,173 millones de euros) en ventas el año pasado, lo que representa más de la mitad de los ingresos totales por juegos del país, según el Departamento de Cultura y Deportes de la ciudad.
China ha promovido recientemente los deportes electrónicos, con muchas ciudades, incluidas Pekín, Shanghái y Hangzhou, compitiendo para convertirse en el principal centro de deportes electrónicos del país al ofrecer varios incentivos.
Estos planes de las diferentes ciudades se producen al mismo tiempo que el Gobierno central implementa medidas contradictorias como el congelamiento de la concesión de licencias de ocho meses para los nuevos títulos de videojuegos, antes de que el proceso de aprobación se reanudara en julio con una cantidad menor de licencias emitidas.
Las autoridades chinas en 2021 también limitaron a tres horas semanales el acceso de los menores de edad a los videojuegos en línea para evitar que “se entreguen” a ellos, especificando que las compañías solo podrán permitir que estos ingresen entre las 20.00 y las 21.00 los viernes, sábados y domingos.
Las críticas del Gobierno o de los medios se remontan a décadas atrás, cuando a comienzos del 2000 las autoridades prohibieron la importación de videoconsolas, veto que se mantuvo hasta 2014, por su “influencia negativa” sobre los jóvenes.