"Tenemos claro que no vamos a darle la espalda a los muchos países en el mundo que se ven amenazados por el hambre como consecuencia de la guerra", dijo Baerbock, en una comparecencia conjunta con Blinken que asiste a una conferencia internacional en Berlín sobre las repercusiones de la invasión en el suministro de alimentos.
Blinken dijo, por su parte, que se buscará una salida diplomática para el tema alimenticio pero que a la vez se seguirá ejerciendo presión sobre Rusia.
Tanto Blinken como Baerbock recordaron que las sanciones contra Moscú no afectan a los alimentos por lo que Rusia no tiene razón alguna para retener su propio trigo, que también se necesita en muchos países del mundo.
"Muchos países han hecho excepciones para alimentos, también en el tema de seguros de transportes. Por eso Rusia no tiene razón alguna para retener su trigo", dijo Blinken.
Baerbock, por su parte, dijo que Rusia está teniendo un comportamiento "cínico" con el tema alimenticio y que además está difundiendo informaciones falsas al respecto para hacer responsable a Occidente de la crisis alimenticia.
"Rusia libra una guerra con armas, con el trigo y además con informaciones falsas a las que tenemos que hacer frente", aseguró.
Concretamente los dos políticos señalaron que se están buscando fórmulas para darle salida al trigo ucraniano tanto por mar como por tierra.
"Queremos organizar la salida del trigo también por tierra aunque esto último es complicado desde el punto de vista técnico y logístico", dijo Baerbock.