"Estoy deseando volver a mi país, pero antes debo resolver algunos asuntos", afirmó Strauss-Kahn a la prensa a su llegada al apartamento de lujo donde tiene instalada su residencia en el barrio neoyorquino de Tribeca, procedente del tribunal de Manhattan donde el juez cerró el caso penal abierto en su contra el pasado mayo.
El político francés añadió que una vez regrese a París dirá todo lo que tiene que decir sobre este mediático caso, que acabó con su carrera en el FMI y que saltó meses antes de las presidenciales francesas, para las que su nombre como candidato socialista sonaba con fuerza.
Previamente, Strauss-Kahn había dicho en un escueto comunicado que celebraba el fin de la "pesadilla" que ha vivido su familia en los últimos dos meses y medio y que esperaba "volver a su hogar y tratar de volver a tener una vida más normal".
DSK, como es conocido por la prensa, se mostró "profundamente agradecido" hacia su mujer, Anne Sinclaire, y por las muestras de apoyo recibidas de todos sus amigos en Francia y en Estados Unidos que creyeron en su "inocencia".
También expresó su gratitud al juez Michael Obus y al personal de los tribunales por "el esfuerzo" para protegerles a él y a su mujer, así como al fiscal Cyrus Vance por su "profesionalismo" por recomendar la retirada de los cargos.
Strauss-Kahn ya es libre de abandonar cuando quiera Estados Unidos después de que también el tribunal de apelaciones rechazara hoy el recurso que habían presentado los abogados de Nafissatou Diallo contra la decisión del juez de no recusar al fiscal Vance.
Los abogados de la mujer que denunció a DSK por agresión sexual habían pedido un fiscal especial porque consideraban que Vance "gestionó mal" el caso abierto en contra del conocido político y economista francés, y que su oficina "saboteó de forma inapropiada" la credibilidad de su cliente.