Francisco ya había adelantado su intención de visitar Canadá el pasado 1 de abril, después de recibir en la Santa Sede a las comunidades indígenas y pedirles perdón por el "reprobable comportamiento de los hombres de la Iglesia" en aquellos internados.
Los indígenas de las comunidades Inuit, Métis y Primeras Naciones acudieron al Vaticano con la intención de recibir la petición de perdón del papa y para invitarle a que lo hiciera también en sus territorios.
Por ello el papa se trasladará a Iqaluit, que se encuentra en la zona más septentrional de Canadá, en el denominado lejano norte canadiense, y que está considerado el territorio de los indígenas Inuit.
El año pasado se produjo el hallazgo de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica, lo que hizo revivir la tragedia de los pueblos originarios canadienses y su petición de justicia.
Los gobiernos canadienses encomendaron desde finales del siglo XIX hasta 1997 a instituciones católicas, anglicanas y protestantes la educación de los niños indígenas, que eran apartados de sus asentamientos, incluso sin el consentimiento de sus padres, y en esos internados se les prohibía usar su nombre, su idioma y sus tradiciones.
Se calcula que entre 1890 y 1997 alrededor de 150,000 niños indígenas fueron internados a la fuerza en centenares de residencias escolares y que unos 4,000 menores murieron por las condiciones insalubres en las que vivían.
Además de este viaje, el papa mantiene en la agenda del papa la visita que hará del 2 al 5 de julio a la República Democrática del Congo (RDC) y del 5 al 7 de ese mismo mes a Sudán del Sur.
Mientras que, aunque no estaba anunciado oficialmente, tuvo que aplazar la visita a Líbano prevista para mediados de junio por los dolores en la rodilla que le están impidiendo caminar.