El estudio "No dejar a ningún niño atrás: Informe mundial sobre el abandono escolar de los varones" afirma que, a pesar de que las niñas encuentran más dificultades para el acceso a la educación y son mayoría entre los menores que no van a la escuela, son los varones quienes tienen mayores dificultades para completar su educación.
Los datos extraídos del informe reflejan que por cada 100 mujeres matriculadas en la enseñanza superior a nivel mundial hay 88 hombres.
La Unesco, con sede en París, atribuye estos datos al trabajo infantil y la pobreza, entre otros factores, ya que impiden que los varones se dediquen plenamente al aprendizaje y contribuyen a la repetición de cursos y al abandono escolar.
De los 160 millones de niños que trabajaban en el año 2020, 97 millones eran varones, según el informe.
De los 146 países que aportan datos, sólo 55 tienen una edad mínima de empleo en línea con el final de los años de educación obligatoria de cada país y por encima de los 15 años, mientras que el 31 % tiene una edad mínima de empleo inferior a los 15 años o no la define claramente.
"La pobreza y el trabajo infantil pueden llevar a los chicos a abandonar la escuela", declaró la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay en un comunicado.
"Para evitarlo, es urgente que los Estados alineen la edad mínima de empleo con el final de la enseñanza obligatoria", añadió.
En 57 países, los niños de 10 años obtienen peores resultados que las niñas en el dominio de la lectura, y los adolescentes varones siguen estando por detrás de las niñas en las competencias de lectura en la secundaria.
Esta tendencia se observa en Asia Oriental y el Pacífico, América Latina y el Caribe, y los Estados Árabes, donde hay uno de los mayores riesgos de abandono escolar por parte de los chicos.
La Unesco advierte de que sólo unos pocos programas e iniciativas abordan el fenómeno de la desvinculación de los chicos de la educación.
Por ello, propone hacer que el aprendizaje sea seguro e integrador, invertir en mejores datos y pruebas, construir y financiar sistemas educativos equitativos y promover enfoques integrados y coordinados para mejorar la educación de todos los alumnos.