"Me quiero disculpar. Sé que millones de ciudadanos de este país han hecho sacrificios extraordinarios durante los últimos 18 meses. Sé la angustia por la que han pasado, sin poder llorar a sus familiares, sin poder vivir su vida como querían o hacer las cosas que les gustan", afirmó el líder conservador, que reiteró que "debería haber hecho las cosas de manera diferente".
En medio de crecientes críticas y llamamientos para que considere el mantenimiento de su cargo, Johnson rindió por primera vez cuentas en la sesión de control en los Comunes por una fiesta convocada en un momento en el que todo el país se atenía a duras normas impuestas por su Ejecutivo, que restringían el contacto social.
El primer ministro aseguró que es consciente de la "rabia" que ahora sienten los británicos hacia su persona y el Gobierno que lidera, "cuando creen que en Downing Street no se siguen las reglas adecuadamente por aquellas personas que las dictan".
"No puedo anticipar las conclusiones que arrojará la pesquisa actual (que lleva a cabo la alta funcionaria Sue Gray sobre presuntos festejos sociales en Downing Street durante 2020) he aprendido lo suficiente para saber que hubo cosas que simplemente no hicimos bien y debo asumir la responsabilidad", apuntó.
Su disculpa fue recibida con sorna por Keir Starmer, el líder del Partido Laborista -principal grupo opositor- que lo tildó de "espectáculo patético" y consideró "ofensivo" para los británicos que ofreciera como disculpa el argumento de que "no sabía que iba a una fiesta", sino que pensaba que se trataba de "un evento de trabajo".
"¿Va a hacer ahora lo correcto y dimitir?", se preguntó el dirigente del Partido Laborista.
Starmer acusó a su rival político de haber "engañado" al Parlamento, algo que, según recordó, también supone una violación de las reglas y cuestionó si será el partido conservador o los ciudadanos quienes "vayan a echarlo" del cargo ante las insistentes disculpas de Johnson durante la sesión.