Los cristianos jordanos, que representan alrededor del 3 % de los 10 millones de habitantes del país de mayoría musulmana, no pudieron celebrar la Navidad en 2020 cuando las autoridades del reino hachemita tomaron medidas de las más duras a nivel mundial contra la pandemia.
"El impacto de las restricciones es menor este año, aunque tenemos que cancelar algunos actos navideños en cumplimiento de las directrices de las autoridades sanitarias", dijo a Efe el portavoz de la Iglesia Católica jordana, Rifaat Bader.
Hasta el momento, se han cancelado un acto benéfico con la cantante libanesa Majeda al Roumi para recaudar fondos para las familias más necesitadas.
"Esto ciertamente disminuirá el número de participantes en los eventos navideños, ya sean las celebraciones espirituales en las iglesias o las celebraciones al aire libre que se llevan a cabo en ciertas localidades populares (...) o incluso en los hogares", lamentó Bader.
Para participar, los fieles deben estar vacunados y, además, presentar una prueba PCR negativa, mientras que las iglesias celebrarán dos misas de Navidad en vez de una para garantizar el distanciamiento social.
DIFICULTADES PARA PEREGRINAR A BELÉN
Bader lamentó que cada vez sea más difícil para los jordanos peregrinar a Belén, el lugar que vio nacer a Jesucristo según la Biblia, así como a Jerusalén, ambos ubicados en territorio ocupado por Israel, que no concede visados fácilmente.
"A nosotros nos interesan básicamente las celebraciones que se llevan a cabo en la Iglesia de la Natividad en Belén y el Santo Sepulcro en Jerusalén, dado que Su Majestad el rey Abdalá II (de Jordania) es el custodio de los lugares sagrados cristianos y musulmanes en Palestina", añadió el líder cristiano.
Eso es así según el acuerdo de paz alcanzado por Jordania e Israel en 1994, pero para los cristianos del país árabe no es fácil obtener el permiso de cruzar la frontera del Estado judío para visitar los lugares más sagrados según su fe.
Para los más jóvenes es más complicado, mientras que los ancianos tienen mayor facilidad, tal y como explicó a Efe Issa George, un cristiano jordano de 35 años.
"Solicité el visado más de una vez en la embajada de Israel, pero rechazaron mi solicitud", lamentó. "Todos los días anhelamos los lugares sagrados y rezamos a Dios Todopoderoso para que podamos ir algún día", agregó.
UNA NAVIDAD SIN DIFERENCIAS RELIGIOSAS
Sin embargo, George se muestra orgulloso de las celebraciones de Navidad en su país, donde muchos musulmanes participan junto a los cristianos porque "el Corán ordena no diferenciar entre profetas" y considera a Jesús como uno de ellos.
De la misma forma, Laila Jouri, de 75 años, dijo a Efe que en los últimos 30 años ha forjado "lazos fraternales" con sus vecinos musulmanes en Fuheis, una localidad de mayoría cristiana ubicada a 5 kilómetros al oeste de la capital.
Ambas comunidades celebran juntas la Navidad así como el mes sagrado musulmán de Ramadán, aseguró, al igual que "todos los cristianos de Jordania celebran la Navidad el mismo día, el 25 de diciembre", tanto los católicos y ortodoxos.
Cada grupo representa aproximadamente la mitad de todos los cristianos que, al no ser muchos, llevan a cabo sus rituales el 25 de diciembre, en una tradición promovida por las autoridades y sus respectivas Iglesias en los últimos 40 años.
Si bien en otros países de la región, los cristianos ortodoxos, como los egipcios coptos, celebran su Navidad el 7 de enero, en Jordania es diferente.
"Todos los países del mundo ahora quieren unificar las celebraciones de Navidad como los jordanos", aseguró orgulloso Bader.