"Reducimos considerablemente la presencia diplomática en los países europeos. No se trata de una reducción de las sedes diplomáticas y entidades en el extranjero. Reducimos el número de personal diplomático", afirmó durante un informe presentado al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, según la agencia BELTA.
Según el jefe de la diplomacia bielorrusa, los empleados de estas legaciones serán enviados a "otros espacios de trabajo, otras direcciones donde serán demandados, se trata de los países de la CEI, donde fortalecemos una serie de embajadas, y otros países".
Se trata, explicó Makéi, de países que son socios estratégicos de Bielorrusia, en particular, China y la India.
"Estamos pensando abrir nuevas embajadas en África, países con capacidad de pago en los que nuestros productos tienen demanda", explicó.
El ministro bielorruso indicó que se llevarán a cabo cambios en la estructura central del Ministerio de Exteriores con el fin de fortalecer las direcciones de comercio exterior e informática, además de la creación de nuevos departamentos, como el de China.
Este giro en la política exterior de Minsk tiene lugar en medio de crecientes tensiones entre Bielorrusia y Occidente, que se agravaron tras las elecciones presidenciales de 2020, en las que fue declarado ganador por amplio margen Lukashenko, resultado calificado de fraudulento por la oposición.
Occidente, que no reconoció los comicios, ha impuesto sanciones económicas a Bielorrusia, que se han ido incrementando debido a la represión de las protestas opositoras y la violación de los derechos humanos en el país.
A ello se han sumado otros incidentes, como el desvío de un avión de Ryanair para detener a un periodista opositor, o la crisis de migrantes en la frontera con Polonia, que ha obligado a Varsovia a desplegar en la zona unos 15,000 efectivos para hacer frente a la crisis que califica de "guerra híbrida".