Dichos vehículos, muchos de ellos chatarra, representan un retroceso en materia de seguridad, eficiencia y medio ambiente en perjuicio del bienestar de la población y de la reactivación económica. Estos vehículos usados afectan las condiciones en las que viajan miles de usuarios, así como los tiempos y costos de logística que se destinan a la movilización de mercancías.
En este contexto, durante el mes de agosto, se importaron un total de 873 vehículos pesados usados, lo que comparado con los 856 importados el mes de agosto de 2020, representó un incremento de 2.0%. A diferencia de lo que ocurrió en meses anteriores, la importación se concentró en los vehículos de carga rubro que registró un crecimiento de 5.2% durante dicho mes.
La importación acumulada durante los primeros ocho meses del año, alcanzó un total de 7,267 unidades que comparadas con las 5,967 importadas durante el mismo periodo del año pasado, alcanzan un incremento de 21.8%.
Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de ANPACT, dijo que “autoridades, industria, transportistas y sociedad debemos trabajar en impulsar la renovación de la flota, que tiene una antigüedad promedio de 19 años.
Fomomentan estímulos y financiamiento de unidades nuevas mediante programas y recursos de la banca de desarrollo y el establecimiento de instrumentos financieros con destino específico para la movilidad en el proyecto de Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que se discute en el Senado de la República.
"Es necesario destinar recursos en el Presupuesto de Egresos de la Federación para la renovación de flota, de otro modo se seguirá incrementando el número de unidades chatarra”, señaló.
Asimismo –añadió- “la importación vehículos chatarra afecta directamente la recuperación económica, la creación de empleos y a toda la cadena productiva de la industria automotriz de vehículos comerciales de carga y pasaje.”