Un análisis global de políticas para mejorar la calidad del aire muestra que en los últimos cinco años ha aumentado el número de países con medidas frente a los principales sectores contaminantes, pero los niveles de contaminación siguen siendo altos debido a las grandes brechas en la implementación, el financiamiento, la capacidad y el monitoreo.
Estos datos se publican hoy, Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, en un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El informe, Acciones sobre calidad del aire: un resumen global de políticas y programas para reducir la contaminación del aire, se basa en encuestas recientes respondidas por autoridades de 195 países.
El estudio evalúa políticas y programas en sectores clave: transporte, generación de energía, industrias, manejo de desechos sólidos, contaminación del aire doméstico y agricultura. También considera el monitoreo, la gestión y los estándares de calidad del aire como instrumentos de política clave para mitigar los impactos de la contaminación atmosférica.
En 2020, se encontró que 124 países (aproximadamente dos tercios) tenían estándares nacionales de calidad del aire ambiental, 17 más que los reportados en 2016. Sin embargo, solo 9% de estos se adhieren a los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio encontró que los países de bajos ingresos sufren más por la contaminación del aire, pero podrían beneficiarse de las acciones para reducir las emisiones, ya que tienen múltiples beneficios para el desarrollo, incluida la mitigación climática, la productividad agrícola, la seguridad energética y el crecimiento económico.
Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, dijo: “Cuando los gobiernos actúan sobre la calidad del aire, ayudan a prevenir siete millones de muertes prematuras al año. También mejoran la salud general y el bienestar económico de 92% de la población mundial que vive en lugares donde los niveles de calidad del aire no cumplen con los estándares de la OMS”.
“Hoy, tenemos más políticas implementadas que nunca, pero es absolutamente crucial que nos concentremos en la implementación, especialmente donde las personas se ven afectadas de manera desproporcionada por la mala calidad del aire”, añadió Andersen.
Desde 2016, cuando el PNUMA comenzó a rastrear las acciones de los gobiernos sobre la calidad del aire, ha habido mejoras en las emisiones industriales, el transporte, la gestión de desechos sólidos y la contaminación del aire doméstico. Por primera vez, el informe también incluye una revisión de las políticas y programas actuales sobre agricultura, y la gestión y las normas sobre calidad del aire:
Desde 2016, 18 países más han agregado estándares de emisiones de vehículos equivalentes a Euro 4/ IV o superior, con lo que el total asciende a 71 países. A pesar de que la mayoría de los países de bajos ingresos aún carecen de regulaciones para los estándares de emisión de vehículos usados importados, está surgiendo un número creciente de regulaciones nacionales para reducir la edad máxima de los vehículos importados e incentivar a los ciudadanos a deshacerse de los vehículos viejos contaminantes. Por ejemplo, Marruecos solo permite la importación de vehículos de menos de cinco años y los que cumplen la norma europea de emisiones de vehículos EURO4; como resultado, recibe sólo vehículos usados relativamente avanzados y limpios provenientes de Europa, en línea con las recomendaciones del PNUMA;
21 países más han adoptado políticas para una producción más limpia, lo que eleva el número total de países a 108;
95 países tienen programas que promueven el uso de cocinas y calefacciones limpias. Se sumaron 13 países desde 2016. Esto ha llevado a tasas más bajas de enfermedades derivadas de la contaminación en los hogares, principalmente en el sur y este de Asia y el Pacífico;
Aunque la quema de desechos sólidos sigue siendo un fenómeno generalizado, 26 países más ahora regulan estrictamente esta práctica (lo que eleva el total a 38 países). Entre las nuevas medidas se incluye la captura de gases de vertedero, la mejora de la recolección, la separación de residuos y los métodos de eliminación adecuados;
58 países cuentan con incentivos para promover la agricultura sostenible y para implementar formas efectivas de mitigar las emisiones de metano, incluidas alternativas a la quema de residuos agrícolas al aire libre, una mejor gestión del estiércol de ganado, el compostaje para reducir el desperdicio de alimentos y el uso de la captura de metano para uso energético;
Entre los 124 países con estándares de calidad del aire, solo 57 monitorean continuamente la calidad del aire, mientras que 104 no cuentan con una infraestructura de monitoreo. Esto refleja las lagunas de datos existentes y los problemas de capacidad que obstaculizan el progreso mundial en la calidad del aire.
A pesar de las nuevas políticas de aire limpio en países de todo el mundo y la disminución constante de la carga de morbilidad causada por la contaminación del aire en los hogares en algunas regiones, las estadísticas de salud sugieren que la contaminación del aire en exteriores e interiores sigue siendo un factor de riesgo mayor para la salud mundial.
Con el fin de mejorar la calidad del aire, se necesitaría una mejor aplicación de las políticas y regulaciones existentes, un financiamiento más sustancial, así como un monitoreo más extenso y capacidades más sólidas.
El PNUMA está pidiendo a los países que incorporen en sus planes de recuperación pos-COVID-19 inversiones de limpieza para capturar la contaminación del aire.
También llama a establecer puntos de referencia para evaluar las acciones actuales y futuras por un aire más limpio, eliminar las barreras en la implementación de políticas y programas, incluidas las brechas de financiamiento y capacidad, y superar los desafíos de asequibilidad y mantenimiento de los equipos de monitoreo.
El informe Acciones sobre la calidad del aire: un resumen global de políticas y programas para reducir la contaminación del aire se complementa con resúmenes de informes regionales (de África, Asia y el Pacífico, Europa, América Latina y el Caribe, América del Norte y Asia occidental) los cuales documentan acciones más profundas en sectores clave, así como tendencias y prioridades regionales.
El PNUMA se basará en los hallazgos de este informe y continuará utilizando los aportes de los Estados Miembros para monitorear el progreso de las acciones en favor de la calidad del aire y ofrecer información valiosa para diseñar los esfuerzos que aborden las brechas y desafíos a nivel mundial.