"Encontramos todavía en nuestros barrios una situación muy difícil, y los jóvenes (...) están de alguna manera estigmatizados, no les damos las mismas oportunidades", dijo Macron.
La visita del presidente a la segunda ciudad más poblada del país sucede cuando se han registrado asesinatos en ajustes de cuentas entre narcotraficantes durante el mes de agosto.
Interpelado sobre cuándo se verán los frutos de las inversiones anunciadas de hasta 1,000 millones de euros en la ciudad, en áreas como las infraestructuras, la educación y la vivienda, Macron asumió que "muchas de las cosas que se lanzarán no tendrán resultados concretos antes del final de este mandato (mayo de 2022), pero es mi responsabilidad recuperar el tiempo perdido con la covid".
Marsella ha sido portada de los medios franceses en las últimas semanas.
El pasado 22 de agosto hubo tres asesinatos por aparentes ajustes de cuentas relacionados con el narcotráfico, pocos días después de que un adolescente de 14 años muriera por los disparos de un fusil de asalto, al parecer por el mismo motivo.
La ciudad, que cuenta con 900,000 habitantes (dos millones contando el área metropolitana), acumula en lo que va de año 14 muertes violentas atribuidas al narcotráfico, lejos del récord de 29 de 2016.
La persistencia de ese problema, sumado al de la infravivienda y la escasez de transporte público, preocupa en el seno del Gobierno francés, más aún en el inicio de un curso electoral -hay comicios presidenciales a mediados de 2022-, en el que la inseguridad ciudadana es el tema favorito de la oposición de derechas.