Ministros nipones visitan el polémico santuario en el aniversario del fin de la II Guerra Mundial

Tres ministros del Gobierno japonés visitaron hoy, día en que se cumplen 76 años de la rendición nipona en la II Guerra Mundial, el polémico santuario sintoista de Yasukuni en Tokio, considerado por muchos como un símbolo que glorifica el pasado imperial del país.

Los miembros del Gobierno que visitaron hoy Yasukuni, fueron el ministro de Educación, Koichi Hagiuda, el ministro a cargo de la Expo 2025, Shinji Inoue, y el titular de Medio Ambiente, Shinjiro Koizumi, hijo del ex primer ministro Junichiro Koizumi y considerado un candidato a futuro para ocupar la jefatura de Gobierno.

A su vez, el primer ministro, Yoshihide Suga, se abstuvo de visitar el recinto aunque sí envío una ofrenda.

Aunque coincide con el aniversario del fin de la capitulación japonesa en 1945, la ofrenda y la visita de los ministros y de muchas personas que acuden al santuario estos días responde en realidad a Obon, festividad en la que se honra a familiares fallecidos.

De cualquier modo, los gestos de hoy han desatado las protestas de países que padecieron el expansionismo nipón de primera mitad del siglo XX como China y Corea del Sur, que de hecho celebra hoy su día de la liberación del dominio colonial japonés (1910-1945).

El portavoz de la cancillería surcoreana, Choi Young-sam aseguró en un comunicado que el Gobierno está decepcionado y contrariado por estos gestos para con un santuario "que hermosea la guerra de agresión y consagra a criminales de guerra".

Choi urgió Tokio a "mostrar con acciones un humilde examen de conciencia y una genuina reflexión sobre la historia" y que sólo entonces podrá "construir relaciones a futuro con Corea del Sur y ganarse la confianza de otros vecinos".

Pekín y Seúl ya protestaron las visitas a Yasukuni el pasado viernes de otros dos ministros, el de Defensa, Nobuo Kishi, y el de política económica y fiscal, Yasutoshi Nishimura.

Ningún primer ministro nipón ha acudido a Yasukuni estando en el cargo desde que lo hizo Shinzo Abe (que hoy lo visitó también) en 2013, una visita que tensó las relaciones con Pekín y Seúl y que llevó a Washington a expresar su decepción por la decisión.

En Yasukuni se honra a todos los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945, entre ellos 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de guerra de clase A por un tribunal penal militar internacional.