Así lo informó hoy a EFE Jan Stejskal, del zoológico checo de Dvur Kralove, que junto a su equipo está preparando las primeras transferencias de embriones.
La fecundación "in vitro" y la implantación en rinocerontes hembras de una especie hermana es la única manera de salvar esta especie, que no fue capaz de reproducirse por medios naturales en el parque nacional de AI Pejeta en Kenia, recordó el experto.
"El equipo está analizando el bienestar de los animales y empezará a observar su comportamiento y sonidos en preparación para que las primeras transferencias de embriones tengan lugar al final del año", explicó.
Najin y Fatu fueron en 2009 enviadas desde la República Checa al parque keniano, y han sido sometidas a un programa de extracción de óvulos, que luego son fecundados con esperma extraído a machos antes de morir, como Suni y Sudán, procedentes también del zoo checo de Dvur kralove.
Los tres últimos embriones, creados el 9 de julio en un laboratorio italiano en Cremona, proceden de los óvulos de Fatu y del esperma de Suni, su abuelo, así como de otro macho, Angalifu, un rinoceronte blanco del norte que vivía en San Diego (EE.UU.) y falleció en 2014.
A diferencia de Fatu, su madre Nájin "ya no es capaz de producir óvulos en suficiente número y de calidad", según Stejskal, por lo que ha sido excluida del programa de fertilización.
Mientras tanto, en AI Pejeta ya están las hembras subrogadas del sur, a las que serán implantados los embriones.