El percance ha hecho aumentar las dudas sobre la seguridad y viabilidad de los planes ferroviarios de alta velocidad de China.
El último balance de víctimas fue proporcionado por el gobierno de la provincia de Zhejiang, donde se produjo el accidente, y advirtió que el número podría aumentar en las próximas horas.
El accidente se produjo el sábado a las 20:38 horas cuando un tren que viajaba de la ciudad de Hangzhou a Fuzhou quedó averiado tras ser alcanzado por un relámpago y, minutos después, chocó con otro convoy, provocando la caída de cuatro vagones por un puente de más de 15 metros de altura.
Las autoridades del país –con el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao a la cabeza- han pedido que los esfuerces continúen para rescatar a las víctimas, al tiempo que se reestablece paulatinamente el servicio ferroviario en la región.
Tres oficiales fueron ayer destituidos a causa del accidente, entre ellos el jefe de los ferrocarriles en Shanghai, Long Jing, y se investiga su posible implicación en el suceso.
Se trató del peor percance desde que en abril de 2008 otra colisión de trenes causó 72 muertos y más de 400 heridos en la provincia de Shandong, al noreste del país.
El primer accidente de trenes de alta velocidad desde que China comenzó a utilizar esta tecnología en 2007, ha provocado dudas sobre los planes de Pekín para enlazar ciudades situadas a grandes distancias con convoyes capaces de alcanzar 350 kilómetros por hora.
El accidente se produce en plena expansión de la red de alta velocidad en China, que hace apenas un mes inauguró la línea Pekín con Shanghai, las dos ciudades más importantes del país, y cuyo funcionamiento también se ha visto afectado por averías constantes.
China planea operar 13,000 kilómetros de líneas de alta velocidad a finales de este año y 16,000 para 2020, y sus empresas han comenzado a exportar esta tecnología –copiada, según algunos, de Japón, Francia y Alemania- a países como Malasia.
Este desarrollo acelerado del tren de alta velocidad no se ha producido sin polémica, sobre todo después de que el pasado febrero el ministro del Ferrocarril, Liu Zhijun, fue apartado del cargo por recibir sobornos cuyo valor superaría los 100 millones de dólares.
