Guinea confía en frenar el ébola con la experiencia de la crisis de 2014-2016

A pesar de que desde que el pasado 13 de febrero Guinea-Conakri ha confirmado siete casos de ébola y cinco de ellos han fallecido, las autoridades sanitarias del país confían en que podrán contener el brote en marzo tras la experiencia adquirida en la epidemia que sufrió África occidental entre 2014 y 2016.

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"Hemos fijado el 31 de marzo como fecha límite para garantizar que no se hable más de casos de ébola en Gouécké (ciudad de la región de N'Zérékoré, sur de Guinea, donde se inició el brote)", dijo hoy el director de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSS), Sakoba Keïta, citado por el medio local Guinée114.com.

Aunque no haya nuevos casos sospechosos o confirmados, la ANSS redacta cada día un informe sobre la evolución de la enfermedad, confirmada tras sufrir síntomas de ébola varios asistentes al entierro de una enfermera el 1 de febrero en Gouecké.

Según declaró hoy a Efe el jefe de comunicación de la ANSS, Jean Traoré, "la situación está controlada, por el momento, y se han tomado las medidas oportunas para contener este brote lo antes posible".

"Esta vez tenemos un sistema de vigilancia que ha detectado rápidamente los primeros casos. Se les está haciendo un seguimiento y se está esperando a que termine el periodo de incubación de la enfermedad (21 días) para ver cómo evoluciona la situación en general", explicó Traoré.

Para Luis Encinas, experto en fiebres hemorrágicas de Médicos Sin Fronteras (MSF), "generalmente, cuando empiezan a verse casos es porque ya estamos en una situación avanzada".

"No hay que ser alarmista, pero hay que tener en cuenta que, si no se actúa con todos los protocolos que deben seguirse, la situación puede evolucionar hacia una situación descontrolada y entonces serán otras acciones las que se deberían poner en marcha", señaló hoy a Efe en una entrevista por teléfono.

Por su parte, el director regional en África occidental de la ONG CARE International, Balla Sidibé, elogió, en declaraciones a Efe, la "proactividad de Guinea a la hora de declarar los casos y facilitar así una respuesta más rápida que en el pasado".

ALERTA EN LA REGIÓN

El recuerdo de la epidemia en África occidental entre 2014 y 2016, en la que fallecieron al menos 11.300 personas y 28.500 enfermaron y que fue la peor de la historia, ha puesto en alerta a la región y países como Liberia, Sierra Leona, Nigeria o Costa de Marfil ya han anunciado medidas de prevención.

El pasado día 17, ante el temor de un posible caso en Sierra Leona, país fronterizo con Guinea-Conakri y Liberia y que fue de los más afectados en 2014-2016, el ministerio de Sanidad declaró en un comunicado que no se había registrado ningún caso.

Igualmente, indicó que están realizando una "búsqueda activa de casos" y "colaborando estrechamente con sus homólogos de Liberia y Costa de Marfil", así como con el Gobierno de Conakri "para contener la enfermedad por el virus de Ébola y evitar su propagación en Guinea y otros países".

Por su parte, este jueves las autoridades de Liberia declararon que habían detectado un caso sospechoso de una mujer procedente de N'zérékoré, pero que estaban a la espera de los resultados de los análisis.

LA VACUNA LLEGA EL DOMINGO

El ministerio de Sanidad guineano y la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaron ayer que Guinea recibirá más de 11.000 vacunas contra el ébola este domingo y empezará su campaña de vacunación el lunes.

Se trata de una herramienta de prevención con la que no se contaba en la epidemia de 2014-2016 y que sí ha formado parte de la respuesta estratégica en el décimo brote de ébola en la República Democrática del Congo (2018-2020) y el undécimo que este país sufrió entre junio y noviembre del año pasado.

Con "las medidas ya adoptadas y, sobre todo, la disponibilidad de la vacuna", se evitará llegar a la "situación crítica" de 2014-2016, aseguró Traoré.

ÉBOLA EN TIEMPOS DE COVID-19

Por otro lado, algunos actores están preocupados por la gestión simultánea de la epidemia de ébola y la pandemia de covid-19, por la que en Guinea-Conakri han enfermado 15.216 personas y 86 han fallecido, según las cifras oficiales.

Traoré advirtió de que "es delicado", pero que "con el apoyo de nuestros socios habituales y la existencia de un dispositivo funcional conseguimos gestionar ambas al mismo tiempo. Sin duda, es un gran reto, pero tenemos la capacidad y la experiencia para hacerlo".

Encinas consideró que "la covid-19 es un problema más" que se une a otros problemas sanitarios que sufren las poblaciones en estos países, como la malaria, los partos complicados, el sarampión o la meningitis.

Para Sidibé, que el ébola coincida con el coronavirus genera "un poco de inquietud" y recuerda la presión que sufren los hogares más vulnerables desde hace un año por el cierre de fronteras debido a las medidas contra la covid-19.

Igualmente, en una región donde convergen diversas crisis debido a los conflictos, el cambio climático y la pobreza, para él "no es evidente que se pueda soportar un choque adicional" con la reaparición del ébola, que en 2014-2016 también llegó a Nigeria (19 casos), Senegal (1) y Malí (7).

Sin olvidar que las fronteras en la región son porosas y que hay zonas que escapan al control de las autoridades, Sidibé cree, sin embargo, que "el hecho de que, debido a la covid-19, las fronteras estén bastante controladas ayudará a gestionar mejor el ébola".