Si la ciudad puede desarrollar obras de gran magnitud como la Línea 12 del Metro, las Líneas de Metrobús, el segundo piso sobre el Periférico y la intervención para la reparación del Drenaje Profundo, sin recursos adicionales importantes nacionales, con más razón el país también lo puede hacer, manifestó el mandatario capitalino.
Por eso, aseguró el país debe prepararse para el despliegue de la infraestructura nacional, para lo cual se necesitan todas las ingenierías o de lo contrario no le dará tiempo de alcanzar esa capacidad.
“Somos uno de los países con inversión en infraestructura de América Latina más baja, por eso creo firmemente que podemos, debemos y tenemos los recursos para multiplicarlo por dos, luego por tres y luego por cuatro respecto a lo que estamos haciendo hoy”, expresó.
Ante la interrogante de si el país puede hacerlo, la respuesta está en la confianza en nosotros mismos, señaló Marcelo Ebrard, quien dijo que las obras, en el caso de la Ciudad de México, serán concluidas pese a la complejidad.
“Hay quienes se derrotan antes de empezar, no, eso no se va a poder, es muy difícil, eso es muy ambicioso –dicen—, pero el tener metas ambiciosas significa correr riesgos, la mediocridad para México no es opción, nunca lo ha sido, ahora menos todavía por los requerimientos, las demandas que tenemos”, afirmó.
La Línea 12 del Metro es hoy la obra más grande del país, “pero no debiera, ¿por qué no debiera?, porque es una obra de la Ciudad de México, deberíamos de tener puertos, aeropuertos, trenes rápidos y conexiones de todo tipo a una escala que estimo debe ser cuatro veces superior para que México logre sus objetivos estratégicos de prosperidad y de crecimiento”, reconoció.
Durante la celebración con motivo del Día del Ingeniero, Ebrard Casaubon resaltó la necesidad de realizar obras, “porque las épocas de lluvia no esperan, la movilidad no espera y la productividad de la ciudad depende de eso.
“Las tenemos que hacer”, manifestó al señalar que todas estas obras significan cerca de 125,000 millones de inversión pública y privada en infraestructura, acción que no pasaba en la ciudad hace bastante tiempo.
Explicó que asumir la administración pública de la ciudad, se diseñó un plan maestro que puso como objetivos estratégicos la seguridad, prepararla ante la ocurrencia de un sismo de gran magnitud y aminorar el riesgo de una inundación, así como impulsar el desarrollo de infraestructura urbana.
En torno a la seguridad, mencionó que el planteamiento fue que la capital tuviera el mejor sistema de vigilancia posible, de acuerdo a las tecnologías que actualmente existen en todo el mundo, particularmente en urbes como Jerusalén, Londres, Chicago, Nueva York, Singapur y Seúl.
Y eso fue lo que se logró a través de un equipo en el que participó la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional junto con otras instituciones, lograr tener el sistema de vigilancia con un grado de complejidad que en ninguna otra parte del mundo se tiene, mismo que a esta fecha se aproxima a 11 mil 200 cámaras, incluyendo las que se colocaron en el Sistema de Transporte Colectivo.
Ello, se relaciona con la ingeniería mexicana, para que dentro de 20 años no se siga dependiendo de proveedores extranjeros. “No se trató de ir a comprar un sistema, sino de tener un desarrollo importante en México.
“Nadie tiene el mismo número de cámaras con imagen en tiempo real que se puedan acumular una semana. Ya tenemos un buen número de ingenierías y de ingenieros que han sido entrenados para manejar uno de los sistemas más complejos del mundo”, agregó.
De ahí la determinación de realizar obras en el Drenaje Profundo luego de que en 15 años no recibió mantenimiento. Ahora se están desarrollando y aplicando diferentes tecnologías que estamos aprendiendo de otras partes del mundo, comentó.
En este sentido, reiteró que una de las preocupaciones es el impacto del calentamiento global en la Ciudad de México, que significa más agua en menos tiempo y a la vez periodos más largos de sequias.
“Tenemos que preparar a la ciudad y a todo el Valle de México para sobrevivir ese escenario; 2025 en adelante, si no se frena la tendencia del calentamiento global en un escenario conservador vamos a tener que multiplicar por 1.5 veces el Sistema de Drenaje del Valle de México para evitar inundaciones a gran escala, no encharcamientos, inundaciones de cuatro cinco metros de nivel”, apuntó Ebrard al señalar que esta tarea es un enorme reto de ingeniería.
En cuanto al objetivo estratégico de infraestructura el mayor ejemplo es la Línea 12 del Metro que actualmente construye el gobierno del Distrito Federal, la cual –ratificó— ha superado muchos retos de ingeniería.
Por ello, explicó que otro objetivo estratégico de esta obra es impulsar la posibilidad de rehacer la capacidad de la ingeniería civil y electromecánica mexicana para las obras que habrán de venir en el futuro.
Marcelo Ebrard entregó los premios a los primeros lugares en las 8 categorías y junto con él, Eugenia Hernández de Lieberman entregó el Premio Lieberman a la Ingeniería Civil de la Ciudad de México a Ramón Domínguez Mora.
El Premio a la Obra más importante de la Nación y la Ciudad fue otorgado a Bernardo Quintana Isaac, presidente del Consejo de Administración de ICA, por la obra de la Línea 12 del Metro.
El jefe de gobierno estuvo acompañado por los directores generales del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre Díaz, del STC, Francisco Bojórquez, el procurador General de Justicia capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa y los secretarios de Transporte y Vialidad, Armando Quintero Martínez y Obras y Servicios, Fernando Aboitiz Saro, así como el director de Investigación en Tecnologías Urbanas y Sociales, Rodrigo Montufar Cháveznava.